martes, 31 de julio de 2012

El postulante

Ante la falta de un candidato cualquiera que parezca con alguna chance la oposición reaccionaria echa mano de éste, que viene a ser la "alternativa progresista" al modelo y que en consecuencia debería sonarles como no potable.
Pero en fin; es lo que hay, como dice un latiguillo reaccionario muy usado por los contreras. Y como es lo que hay, encuentro permanentemente reflejadas sus agudas y centradas posturas sobre cualquier tema en La Gaceta de Tucumán (la Nazión en alpargatas), Los Andes de Mendoza,el Diario de Cuyo o La Capital de Rosario (aquí podría argumentarse en su descargo la boludez provinciana, pero no es esa la razón por la cual lo mentan).
Así que como una contribución a la imágen del candidato aquí les dejo una foto tomada con cámara oculta que lo muestra mientras reflexiona,elabora y expone sus análisis y postulados (según una fuente generalmente bien informada que pidió reserva de su nombre, claro).
¡Hic!



martes, 24 de julio de 2012

Bolsa de trabajo

No ando inspirado, excepto para la vagancia que ha sido mi inclinación toda la vida.
Así que les pongo un texto de Javier Chiabrando mientras me repongo de mi dolencia volitiva (puta que hablo lindo, che!)
Como de la Barrik no ando recibiendo remesas y de Kristina tampoco, voy a ver si ligo algo del Javier por hacerle propaganda.
Que les aproveche


Bolsa de trabajo

Por Javier Chiabrando


Considerando que este país se está yendo al diablo, me apuro a escribir esta nota porque no descarto que en breve desaparezca este diario, la Argentina y yo mismo. La culpa es del kirchnerismo, ¡cómo no!, que en lugar de hacer la plancha a lo De la Rúa, y cerrar acuerdos con los que tienen la sartén con el mango, se dedicó a pelearse. ¿Qué les costaba bajarle unos 20 puntitos a las retenciones, hacerse los sotas con el tema papel prensa, firmar cualquier cosa que el FMI te ponga enfrente y dejarse de joder con tanta maraca de lo nacional y popular? Ahora, lo que sí tenemos que reconocerle, es haber conseguido, además de fútbol, pescado y automovilismo para todos, trabajo para todos. Y no me refiero al bajo índice de desempleo. A quién le importa eso ahora, habiendo inseguridad, dólares esquivos, poca importación y viento de frente. Me refiero a los que encontraron sentido a sus vidas gracias al gobierno.

Moyano y Lanata, sin ir más lejos. Moyano, gracias al kirchnerismo dejó de ser un gordo satisfecho al borde de retirarse a cuidar nietos para volver a ser aquel aguerrido militante preocupado por los derechos suyos, de sus hijos, esposa, ex esposas y amigos íntimos. El gobierno perdió una aliado pero el país ganó un líder y un camionero, mano de otra necesaria con tanta soja que transportar. Si el kirchnerismo no le hubiera pegado un voleo en el orto, sería otro asqueroso gordo oficialista. Contra el kirchnerismo no se sabe qué es, pero al menos está en TN en horario central. Lanata andaba perdido, fundando y fundiendo diarios asociados a timberos de calaña internacional, haciendo stand up (y demostrando que cierto periodismo es más bien cómico), y entrevistando a las 26 personas que iban a salvar el mundo (y en inglés, idioma que Lanata habla tan bien como Moreno el portugués). Ahora, gracias al kirchnerismo, volvió a ser formador de opinión y guardián de ideología; ayer de la suya, hoy de los qué más pagan. Seguro que en las elecciones vota a cualquier candidato kirchnerista; es la mejor manera de seguir facturando. ¡El kirchnerismo piensa hasta en el futuro de sus detractores!

Los funcionarios de Repsol, luego de engordar de tanto rascarse, encontraron trabajo de camareros y porteros en su España natal, sobre todo ahora que los gallegos se rajan a buscar mejores horizontes. De paso, su vocero y lobista Alberto Fernández, encontró trabajo de borrar con el codo lo que ayer escribió con la mano. Con medio centenar de esquizofrénicos como él, Moyano y Lanata, los psicólogos argentinos tienen garantizados el trabajo por una década. ¡Neurosis nacional y popular para todos: el kirchnerismo lo hizo! ¿Y las abuelitas Mirtha, Susana y Magdalena, qué me dicen de esas abuelitas? Ayer nomás estaban a punto caramelo de retirarse a tejer mañanitas y encontraron en el kirchnerismo motivos de odio para volver a ser esas amazonas del pensamiento de doña Rosa de la patria que las parió.

Y los hombres de la iglesia pudieron al fin dejar ese horrible trabajo de proteger curas acosadores de infantes. Qué importa que Videla los haya mandado al frente diciendo que asesoraban a su gobierno asesino; lo que importa es que con el kirchnerismo volvieron a asemejarse al barbeta de tanto hablar de los pobres y desamparados. ¡Ostias kirchneristas para todos!

Hablando de doña Rosa. ¿Qué me dicen de los representantes de la clase media? Ayer anulados en el limbo del estado de bienestar, pensando nada más que en comprarse colchones enormes y huecos, de pronto encuentran trabajo de batidores de cacerolas en Plaza de Mayo (ahora hace demasiado frío para luchar por cualquier causa, pero en setiembre ya van a ver), saliendo a pedir por sus dólares como otras madres igualmente aguerridas salieron a pedir por sus hijos. Las que recuperaron sus trabajos (aunque en este caso eso no las hace felices), son esas madres que por fin se habían sacado a sus hijos de encima, logrando que hicieran carrera en España, Francia, etc., de camareros y vendedores de baratijas en mercados callejeros, y que ahora se los tienen que aguantar de regreso, lo que las obliga cada domingo a trabajar como locas y cocinar ñoquis para toda la familia reunida alrededor de la mesa ¡y con lo cara que está la papa! ¿No les convenía quedarse a pedir limosna en Europa que venir a añorar dólares acá?

Otro caso de sector laboral de oferta satisfecha, es la de ese grupo de personajes de vida un tanto mediocre, como Julio Bárbaro, Jorge Asís, Patricia Bullrich, Melconian, Dreyfus (no digo que ellos sean mediocres; son criaturitas de Dios como nosotros, pero es que cuesta tanto encontrar sus obras, las huellas de su paso por el mundo, sus servicios a la comunidad), que encontraron trabajo como gurúes de los programas políticos. Y para colmo se reproducen como conejos, y los conejitos también encuentran trabajo. ¡Viva el kirchnerismo! Porque sin el kirchnerismo serían oscuros intelectuales sin obras a la vista, sin libros, sin proyectos, sin ideas. No es que ahora las tengan, a las ideas, pero al menos trabajan como si las tuvieran, lo que no es poco. ¡El kirchnerismo logró que exista antikirchnerismo para todos!

Ni hablar del trabajo que consiguieron esos grandes personajes de la escena nacional: los arbolitos, tan importantes en nuestras vidas. ¿Para cuándo una novela de amor argentino, donde un arbolito se enamora de una remarcadora de precios de un supermercado y sufren de un amor incomprendido por los clientes?

Y la mesa de enlace también encontró trabajo. A punto de ser olvidados por sus representados de tan ocupados que estaban en facturar y facturar, de pronto se vuelven personajes guevaristas, indispensables para no dejarnos olvidar que este es un país agrícola y exportador exclusivamente de materia prima y no generadora de productos manufacturados (¡habráse visto semejante pretensión!). ¡Soja kirchnerista para todos!

La que no da más de tanto trabajo es Cecilia Pando, que de odiar en la soledad de su casa y de confesar sueños oscuros frente a su cura de cabecera, pasó a coordinar una caceroleada acá, una marcha de la muerte allá. Si hasta cierta mano de otra desocupada se sacudió la modorra y salió a la pesca de viejitos como don Jorge Julio. ¡Trabajo para todos; el kirchnerismo no discrimina! Otros que tuvieron que ponerse a trabajar -﷓y que se jodan-﷓ fueron los gay; sí, eso dije: los gay. Antes del kirchnerismo se limitaban a citarse en los rincones oscuros de la patria y ahora, por culpa de esa ley de matrimonio igualitario andan formando familias y hogares. De revolear los abanicos de Loco Mía a toda hora pasaron a lavar platos, adoptar chicos y cambiar pañales como cualquier marido o esposa del mundo. Que vean lo que es bueno.

Hay más, mucho más. ¡Kirchnerismo = desocupación cero! Ahí están los chicos que se sumaron al mundo productivo/educativo/laboral. Antes estaban en la casa mirando los mismo dibujitos una y otra vez, y ahora, y por culpa de la asignación universal por hijo están obligados a ir a la escuela, a vacunarse y a aprender a manejar una PC. Los escritores antikirchneristas como Tenembaun, Morales Solá, Rosendo Fraga y Jorge Asís, ahora tienen el trabajo de sacar al menos un libro por año anunciando que esto se cae, hasta que le acierten de una vez. ¡El kirchnerismo es tan generoso, que capaz que un día de estos se cae nada más que para darles un motivo de alegría!

El que no tiene poco trabajo es Scioli, que debe manejar semejante provincia con una sola mano, y no precisamente mano dura, y seguir poniendo cara de nada hasta cuando le están cocinando los cojones en una olla popular. ¡Con el kirchnerismo todos consiguen trabajo, hasta los que no saben hacer gran cosa! Pero si yo mismo estaba en mi casa contando la plata que me llegaba cada día por mis derechos de autor de libros, películas y tutti gli fiocchi, y de pronto me veo escribiendo a favor de lo que me pagan, y todo para poder seguir vistiendo de Armani y tomando Veuve Clicqot los bellos atardeceres kirchneristas.

La lista podría seguir, pero el papel se termina. Hay más, mucho más: Cavallo encontró trabajo de opinador después de un largo período de pedir limosna frente a la sede mundial de FMI. Los taxistas dejaron de hablar del tiempo para volverse voceros del caos que se viene. Cobos, Carrió, entre otros, trabajan a tiempo parcial de políticos, tarea que habían abandonado hacía rato, si es que alguna vez la encararon. ¡Viva el milagro kirchnerista!

Curiosamente, el milagro que el kirchnerismo no logró es que Macri consiga trabajo. Quisquilloso como es el kirchnerismo, al que poca gracia le hace que haya un argentino desocupado, capaz que hoy mismo la presidenta anuncia (y por cadena nacional): "Se solicita joven emprendedor para que se haga cargo de las responsabilidades de la ciudad de Buenos Aires. Se ofrece horario cortado, derecho a dormir la siesta y cinco vacaciones al año". Entonces sí, felicidad para todos.

javierchiabrando@hotmail.com

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/14-34802-2012-07-24.html




jueves, 19 de julio de 2012

Al maestro con cariño (un,naltra volta)

Y hoy hace 5 años que se nos fué otro ídolo...
El negro Fontanarrosa
Otro que también tenía ese raro don de hacernos sonreir con cosas serias...

PD: No hay caso, esto ya se transformó en un calendario. Y bueh...

martes, 17 de julio de 2012

jueves, 12 de julio de 2012

Vos me venís con cada historia…! (VIII)

Juana Aurduy

Hoy es aniversario del nacimiento de Juana Azurduy.
Ahora que están de moda las mujeres bravas, un homenaje a una bravísima



miércoles, 11 de julio de 2012

Vos me venís con cada historia…! (VII)


¡Ah, si Pacho aprendiera un pucho de ese muchacho!

El 8 de Julio (no estoy seguro de la fecha) ese muchacho Chavez se mandó un espiche kilométrico, al estilo Fidel. Habló por supuesto de varios temas, pero uno en especial me llamó la atención:
Se estaba ocupando de la manera en que la burguesía, los poderosos, hacen circular rumores o hechos infamantes ( y desde luego falsos o distorsionados) para desvalorizar y debilitar a los que luchan contra la opresión o construyendo una sociedad diferente a la que a ellos les conviene.
Por supuesto se refería a lo que hoy sucede cuando emplean esas malas artes intentando erosionar a la Revolución Bolivariana, al Socialismo del Siglo XXI y en consecuencia a su lider, el mismo Chavez. Pero didácticamente (que no sólo en la duración de sus charlas copia a Fidel) trajo a colación cómo se había distorsionado y deformado la lucha de Bolívar y la misma vida y personalidad de Bolívar. Cosa -agrego yo- que es comprobable en escritos europeos de aquella época y aún en tiempos muy próximos, como en el Bolivar de Salvador de Madariaga, que destila odio gallego del principio al fin.
Y agregó que esa campaña -que hoy diríamos de desinformación- llevó al mismo Carlos Marx a escribir para una Enciclopedia Estadounidense (Marx escribía regularmente artículos para un diario de EEUU) una visión absolutamente deformada o falsa de Bolívar y su gesta, debido a que tomó su información precisamente de aquellos difamadores europeos.
Lo dijo sin agresividad sino muy por el contrario haciendo constar la valía que en su opinión tiene el pensamiento de Marx.
Puede que alguno no conozca el Bolivar de Marx; puede verlo aquí.
Pero lo realmente importante aquí (en mi opinión lógicamente) es como se pueden establecer facetas, actitudes o acciones negativas en personalidades de la historia sin que sin embargo dejemos de reconocerlas como de real valía –y hasta señeras- para la interpretación de los hechos y el desarrollo de las ideas de la humanidad o de un pueblo.
Cosa que –y de allí el título- no constituye precisamente una característica de Pacho ODonnell ni de la Escuela Revisionista en su conjunto.
Aclaro bien: Pacho me dá por el quinto forro. No soporto su personalidad de culopaspado ni su modalidad discursiva a lo psicólogo de telenovela cuando nos explica la historia.
Así que si fuera historiador Mitrista o predicador evangélico me daría por allá igual.
Pero aquí se trata de historia, de una interpretación que parece producto de una ecuación simple:
a)Todo lo que dice la historia oficial, liberal, Mitrista o cipaya (revisionista dixit) fue al revés.
b)Todos los próceres y personajes considerados buenos por la historia oficial, liberal, Mitrista o cipaya (revisionista dixit) fueron en realidad reverendos turros.
Es penoso que Pacho no comprenda la complejidad de lo humano como sí sabe hacerlo Chavez.
Tan complejo que le diría que vaya a despotricar contra Sarmiento en San Juan y veríamos a peronistas Sanjuaninos tan peronistas como él y consecuentemente tan revisionistas como él que probablemente lo cagarían a patadas.
Yo ya he dicho alguna vez que no me pelearía por la historia. Sólo intento, eso sí, comprenderla lo mejor posible para entender la vida actual.
Y créanme que la división simplista en buenos y malos, no importa para que lado los pongan unos y otros, no sirve.
Escuchaba hace poco por ejemplo, no sé si a Pacho o a un acólito, apostrofar a Sarmiento porque volvió de EEUU dispuesto a instrumentar aquí educativamente lo que había admirado allá (como sabemos hasta importó una maestras gringuitas al efecto).
Lamentablemente debo comunicar que esa es la forma en que las sociedades humanas se desarrollan, se transforman y evolucionan, desde tiempo inmemorial. Bolívar volvió de Europa inflamado por la figura de Alejandro. Alejandro mismo quedó fascinado por los Persas, imitó sus ropajes, sus maneras, su cultura, aunque eso no impidió que los hiciera mierda (hasta donde sé eso es todo lo que hizo el tal Alejandro en su vida, asesinar gente y destruir pueblos y resulta que es un grande según la humanidad con excepción de 68 y contando)
Así que todo se reduce a saber si la admiración concluye en imitación o en subordinación a los mandatos e intereses extranjeros. Cosa que en Sarmiento no sucedió, al menos hasta donde sé. Y conste que no ignoro las barbaridades que Sarmiento dijo o aconsejó para adversarios o paisanos. Pero todo en su justa medida y armoniosamente, dijo el general.
Por último y ya que estamos, no solo Marx puso en tela de juicio a Bolívar sino que atribuyó las victorias de éste a los soldados Ingleses que integraban su ejército, es decir, trató a los latinoamericanos de pusilánimes.
Y por si esto fuera poco, Engels trató a los Mejicanos de perezosos y evaluó positivamente la rapiña de los Yankis porque aceleraría en su opinión el progreso de ese pueblo (tiempo después dudó de la corrección de lo dicho).
Y ni uno ni otro son menos grandes por estas declaraciones. Errare humanum est.

Y nada mas por hoy. Si lo desean depositen sus opiniones a la salida, en la caja rotulada “puteadas”. Muy amables



sábado, 7 de julio de 2012

Zombies

No siempre coincido con Saiat (bueno, no siempre coincido con nadie). Pero este artículo sobre el manejo e implicancias del déficit público tiene afirmaciones y análisis interesantes. Habría cosas para criticar, discutir o agregar. Pero mi adscripción a la pereza lo impide. igual es interesante, considerando el precio.

Zombies
Por Alfredo Zaiat
”Como Jamie (Galbraith), yo también creo que la macroeconomía ortodoxa está acabada; lo que pasa es que no todos los zombies que la practican reconocen que están muertos.”
L. Randall Wray, profesor de Economía de la Universidad de Missouri-Kansas City, conferencia dictada en el simposio de la Allied Social Sciencie Associations, organizado por la American Economic Association, Denver, enero 2011.


Los inocultables inconvenientes que comenzó a enfrentar el Gobierno en materia económica tienen en el área fiscal un frente complejo. No sólo por mayores tensiones en las cuentas públicas, sino porque el análisis dominante está moldeado por ideas ortodoxas sobre el manejo de las finanzas del Estado. En esa concepción existe una suerte de mundo óptimo de cuentas en equilibrio o, mejor aún, en superávit. Ese resultado es un fin en sí mismo, sin importar cómo se obtiene o cuál es el impacto en la economía. Por ese motivo el ajuste es la vía reiterada en los insistentes consejos de economistas y analistas enrolados en la corriente de pensamiento de la ortodoxia, aunque también están acompañados de algunos heterodoxos. Evalúan la situación fiscal separada del resto de variables macroeconómicas claves. Para ellos es lo mismo si el mayor gasto público, que erosiona la solidez de las cuentas, se debe a crecientes pagos de deuda, como en los noventa, o tiene su origen en fondos orientados a obra pública, subsidiar actividades generadoras de puestos de trabajo o a fortalecer la asistencia social. No les interesa el destino de esos recursos, que obviamente tienen efectos diferentes en las bases del crecimiento del Producto. Sólo se ocupan de si pueden generar déficit fiscal. Esa obstinada fijación en las cuentas públicas, que irradia un escenario de incertidumbre convocando el fantasma de peligros inminentes, requiere de fuertes antídotos para no caer en las trampas del fanatismo fiscal de los zombies.
Las cuentas públicas no se analizan por separado del esquema de la política económica general y su patrón de funcionamiento, puesto que se trata de esferas conectadas. La consistencia de la política fiscal sólo puede juzgarse en el contexto de un determinado régimen económico, que incluye los objetivos globales de la política pública. Evaluar en términos puntuales el saldo de las cuentas públicas, como es usual en el análisis convencional, no permite saber cuál es el grado de solvencia fiscal. Es clave identificar entonces los mecanismos que vinculan las diferentes esferas de la macroeconomía para lograr una caracterización precisa de los determinantes de la trayectoria del sistema fiscal.
El marco conceptual lo brinda el colombiano Pascual Amézquita Zárate en la investigación El déficit fiscal y desarrollo económico al afirmar que “un paradigma del modelo económico predominante es que el déficit fiscal ha de evitarse pues acarrea efectos nefastos. Pero hay evidencia que muestra cómo desde principios del siglo XX se aplicó la palanca del déficit fiscal para impulsar el desarrollo económico. ¿Por qué se renunció a un modelo que permitió el crecimiento vertiginoso de economías de mercado como Estados Unidos, Alemania o Japón? ¿A quién beneficia el modelo del equilibrio fiscal?”. Amézquita Zárate concluye que el gasto público y el déficit no son un obstáculo para el desarrollo, sino una palanca del mismo, que la única restricción importante es que la expansión no tenga como destino la esfera financiera, o sea la especulación o para cubrir quebrantos de bancos, como han hecho Estados Unidos y Europa, sino que se irradie al sector real de la economía.
En términos prácticos, esa concepción enfrenta en la economía argentina algunas limitaciones, por la preeminencia del discurso fiscal ortodoxo y por la existencia de estrechos márgenes de financiamiento. En perspectiva histórica, la situación fiscal, excluyendo los aportes de otras fuentes (Anses, adelantos y ganancias del BCRA), no es inquietante. Pero persisten márgenes rígidos para el despliegue de la política fiscal, que el kirchnerismo ha forzado, por ejemplo con el pago de deuda con reservas. Una de esas restricciones está marcada por la experiencia de los ’80, cuando el creciente déficit fiscal originado por la carga de la deuda y subsidios a grandes empresas fue monetizado, cuyo desenlace fue un descalabro económico. La otra, en los noventa, cuando el previsible desequilibrio fiscal de un esquema de convertibilidad fue financiado con más deuda y liquidación de activos públicos con las privatizaciones. Esto derivó en un fuerte aumento de los pasivos estatales hasta niveles insostenibles que terminó en default. La cesación de pagos cerró el acceso al mercado voluntario de crédito a tasas adecuadas.
De esa forma quedaron restringidas dos vías tradicionales de financiamiento de la economía. Con muy poco margen para emitir con el objetivo de cubrir las cuentas fiscales, aunque el desequilibrio sea poco relevante, como hacen gran parte de las economías en el mundo. Y sin posibilidad de colocar deuda en el mercado para cubrir vencimientos o financiar desequilibrios de las cuentas por el prolongado castigo del mundo financiero por la declaración de un inmenso default.
El superávit fiscal fue entonces la variable de sustentación económica y política de los primeros años del kirchnerismo. Ese excedente permitió asegurar el pago de la deuda con independencia del humor de los mercados financieros. Los superávit gemelos (fiscal y comercial) aseguraron un marco sólido para hacer frente a los vencimientos externos: el Gobierno disponía de los pesos del saldo fiscal para comprar los dólares (en el mercado o al Banco Central) provenientes del intercambio comercial, y con ellos pagar la deuda.
El propio desarrollo de la dinámica económica exigió dar más respuestas fiscales a crecientes demandas. Una vía para eludir restricciones y ampliar el margen fiscal fue pagar deuda con reservas. Al mismo tiempo el superávit se fue reduciendo, aún más en la fase recesiva del ciclo durante 2009, como estrategia para evitar un retroceso más intenso del nivel de actividad y sus consiguientes costos sociales. Este año se presenta con una situación similar, partiendo de un frente fiscal menos holgado.
No es usual que las economías mantengan superávit de las cuentas públicas por mucho tiempo. En el caso argentino fue inédito por sus antecedentes. El repentino saldo fiscal positivo se convirtió rápidamente en un fetiche. Por eso resulta importante precisar las fuentes de ese superávit, para relativizar las voces que reclaman su inmediata recuperación, puesto que su origen estuvo asociado a tres fenómenos vinculados con la megadevaluación de 2002. Primero, el aumento de los ingresos del Estado por la recuperación de la economía y reintroducción de las retenciones a las exportaciones agropecuarias beneficiadas por un tipo de cambio real muy alto. Segundo, el ajuste inicial del gasto público. Por último, la menor incidencia de los pagos de los servicios de la deuda por el default y posterior reestructuración de los pasivos externos.
Desde una perspectiva histórica, tanto la economía local como las cuentas del Estado han logrado resistir con una mayor solidez que en el pasado el impacto negativo de la crisis internacional. Un aspecto crucial en el frente fiscal es evitar hoy a los zombies de la ortodoxia, que atemorizan con el efecto inflacionario de la expansión del gasto público. Ni en años anteriores ni en éste, el fiscal fue motor de la inflación.
Las fuentes de los recursos para financiar las cuentas públicas necesariamente adquieren mayor complejidad. Por eso las tensiones que surgen en el frente impositivo. Algunos fanáticos fiscalistas sugieren, sin decirlo abiertamente, recuperar el superávit con la vía rápida de la devaluación, como en el 2002, que implicaría elevados costos sociales y laborales. Otro camino es conseguir mayor eficiencia en la recaudación, la eliminación de privilegios tributarios, como la exención de Ganancias a la renta financiera y a los ingresos de los jueces, y sostener el marco general del crecimiento económico. A la vez, consolidar el patrón de expansión del gasto público, que ha implicado una erosión progresiva del superávit fiscal, enfatizando el sesgo anticíclico orientada hacia el beneficio social evitando el despilfarro o la inversión improductiva. De ese modo, la economía se capitalizará resguardando el círculo virtuoso de aumento del Producto, más recaudación y más gasto, eludiendo el ajuste que ofrecen los zombies.
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-198130-2012-07-07.html

lunes, 2 de julio de 2012

Mirar más lejos

Por ahora no tengo algo propio que aportar. Así que pongo algo que tiene planteos atendibles en mi opinión. Posiblemente porque es un asqueroso progre como yo. Que apoya esto sin dejar de lado el análisis crítico.Si no les gusta usenlo para envolver huevos.
Puta, esa es la contra de la información digital. No sirve para envolver huevos. Y bueh....


Mirar más lejos
Por Eduardo Aliverti

Tras Moyano en la Plaza, y luego de un paro que no se notó en absoluto, con excepción del reparto de diarios, cabe decir en primer término que sucedió lo que tenía suceder, que no hubo sorpresa alguna y que todo sigue exactamente como antes del miércoles pasado. Sin embargo, queda mucho lugar, no tanto en volumen como en calidad temática, para extender conceptos sobre la caracterización de esta etapa. Y sobre todo, de la que puede o debe venir.

Una mirada rápida y válida, pero corta, sugiere que el único logro del todavía jefe formal de la CGT fue la demostración de fuerza hacia la interna sindical. Su interna. Hay una relación inversamente proporcional entre eso y la trascendencia nula que tuvieron el paro y el acto, esto último por fuera de la adhesión de los camioneros y algunos agrupamientos de izquierda. Moyano no tiene potencia política más allá de su gremio. Pero a la vez es cierto que ninguno de sus adversarios cuenta con la capacidad de convocatoria mostrada por él. Si eso significa que logrará mantenerse al frente cegetista es una incógnita, porque esos porotos se contabilizan mediante roscas en las que no interviene, de manera excluyente, quién gana la calle con mejor o mayor barullo. Valgámonos de este dato para intentar una primera observación más profunda. ¿Cuál es la importancia de si Moyano conservará el mando burocrático de la central obrera? Si la respuesta es “mucha”, por carácter transitivo implica que lo es porque de lo contrario se partiría la CGT. Lo cual es un disparate, porque no sólo la CGT sino el conjunto de la dirigencia sindical están despedazados hace rato. Moyanistas, gordos, independientes; tránsfugas de todos los costados que se moyanizan o antimoyanizan según sean las urgencias que les convengan, invariablemente circunstanciales, al solo efecto del reparto de poder burocrático. También está partida la CTA aunque, por lo menos, su división responde a identificaciones políticas diferentes y no a la repartija de ganancias entre gremios que, antes que representantes, tienen propietarios. Además, hay experiencias de base como la de los metrodelegados y agrupaciones que ya meten baza entre los conductores de negocios (bancarios, alimenticias, ferroviarios). Son sectores con influencia sostenida que no responden ni a los unos ni a los otros. En consecuencia, no de qué sino de cuál probable segmentación hablan, quienes mentan al rompimiento de la CGT como hito que trazaría un antes y un después. ¿Dónde viven los que pronostican eso? Hasta ahí, lo que al firmante le parece la mirada corta. La larga, en esta sección, tendría tres aspectos esencialmente complementarios. Uno, a quién le conviene semejante fragmentación en la representatividad de los trabajadores. Dos, ¿el Gobierno apuesta a eso y se conforma con hacer pelota la torta de Moyano, más dejar que se disparen a los pies los amiguitos impresentables del camionero y más creer que ese espanto es decisivo para seguir construyendo relato? (No está dicho en sentido de denuesto: construir relato es clave para hacer política y es uno de los pilares que permitió la edificación del kirchnerismo; el interrogante apunta a si acaso no se descansa excesivamente en esa estratagema valiosa.) Tres, ¿destruir o diluir a Moyano debe conllevar el apoyo a personajes que emblematizan lo peor de lo peor de la corrupción sindical? ¿Hay que mirar con cariño a Barrionuevo y Cavalieri? Y en todo caso, ¿cuál sería la estrategia de esa táctica? Carlos Raimundi, diputado nacional por el Frente Nuevo Encuentro, decía hace poco que –sin perjuicio del valor de las consideraciones psicológicas o de enconos personales– se hace necesario revolver más hondo en cuanto al enfrentamiento del Gobierno con Moyano. Su hipótesis, bien atendible, es que si Cristina se acentúa hacia (digamos) izquierda, en términos de una construcción político-social capaz de prescindir de las estructuras tradicionales del peronismo, el choque con éstas es inevitable y dramático gracias a la afectación de prebendas que le son constitutivas. Nadie puede creer, ni con seriedad ni con largas líneas de fiebre, que el camionero lanzó su patriada porque le preocupa la escala del mínimo no imponible. Es decir: si la apuesta es a la conformación de base expresada en Vélez, no hay forma de evitar la colisión más temprano o más tarde. Y no ya con Moyano, sino con el grueso de los aparatos. Más luego, ¿es así o se va tanteando a medida que las coyunturas lo imponen?

Ya que se trata de intentar observaciones de largo alcance, vayan también estas líneas que Enrique Martínez, ex titular del INTI, hizo circular por la web en las últimas horas: “La combinación de (...) factores dibuja un escenario distante del óptimo, con productividad mediocre, salarios reales con techo y problemas de inversión y de balanza de pagos. El Gobierno ha buscado compensar a los periféricos o excluidos de este sistema. Lo hizo con medidas fuertes, como la Asignación Universal por Hijo; la recuperación de los fondos de las AFJP; la generalización de las jubilaciones y su movilidad por ley; la actualización del salario mínimo; la recuperación de las paritarias privadas (...); los subsidios al transporte y los servicios. Además de eso, se ha puesto al hombro la obligación de toda la inversión en infraestructura vial, de comunicaciones, de energía, educativa y de vivienda social. Todo en dimensiones y con alcances que ningún gobierno anterior ni se comprometió ni intentó. El punto es que, en tal esquema, los fondos públicos en algún momento pasan a no alcanzar. Porque su fuente son impuestos aplicados a una economía cuya capacidad de generación de riqueza se centra más y más en la utilización de sus recursos naturales, con límites evidentes, mientras aquello que la actividad humana le pone encima tiene un horizonte restringido (...) Este no es un problema argentino sino de todo el mundo periférico, donde las transnacionales hegemonizan el sistema productivo. El punto es que el Gobierno parece negar la existencia del conflicto, al menos con la importancia que aquí se ha señalado. Si no fuera así, hubiera instalado hace mucho tiempo la discusión sobre cómo se construyen actores nacionales, en sociedad con el Estado, con capacidad tecnológica de creciente autonomía, que bajen el nivel de dependencia de nuestro país”. Se puede coincidir o no con la opinión de Martínez, que en verdad es bastante más extensa que este extracto de su artículo. Pero está fuera de toda duda que su desafío analítico es de cuantía sólida. Aunque sea, para plantearse si hay quienes, en el oficialismo, piensan en cambios reales de matriz productiva.

En ligera síntesis: si es por la herramienta política que se necesita para continuar avanzando en la reparación de las mayorías, está claro que es el kirchnerismo el que mejor la encarna. Hay una experiencia de casi diez años que lo avala. No solamente es así por la positiva. En lo que no, es aun más límpido que los adversarios del Gobierno son, por un lado, el adefesio de siempre. Y por otra parte –no deja de ser la misma– enuncia a lo más horrible de una derecha que ni siquiera se traza la perspectiva de ser una burguesía lúcida. Todos sus miembros (patronales agropecuarias, medios de comunicación, sectores financieros, dirigencia partidaria atomizada y sin referentes) son apenas una expresión tribal de rapiña. Se “suman” a ellos unos grupejos autoproclamados de izquierda desde una subjetividad que, objetivamente, en acuerdo con costumbres históricas e histéricas, no hacen más que poner su vocación cariocinética al servicio de los intereses reaccionarios. Podría decirse que ni siquiera tienen la perspicacia de advertir que aportan números de alboroto a los burócratas sindicales que denunciaron toda la vida, pero sería cínico. Parece increíble estar leyendo que Moyano se codeó sin roces con la izquierda. ¿La izquierda de qué? Pues de la derecha a cuyos objetivos sirve. De lo contrario, los periodistas del establishment no hablarían como si nada de la armonía “natural” entre banderas rojas y la quintaesencia de aquello a lo que esos estandartes se opusieron desde que el mundo es mundo.

En lo que sí, resta continuar braceando por la profundización de los cambios. Y uno de los riesgos es interpretar que eso consiste, únicamente, en acabar con Moyano o cascotearle el rancho a Scioli.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-197690-2012-07-02.html