domingo, 27 de septiembre de 2015

Maldita Minería un 'altra volta

El derrame de solución cianurada en Mina Veladero sigue generando medidas, procedimientos y novedades, así que me impulsa a nuevas entradas informando, comentando y -dentro de lo posible- clarificando los hechos de este asunto.
a) La válvula de venteo
En primer término recordaré que el 21-9, en la entrada La Maldita Minería…again (II ) dije que “En mi opinión pudo ser producto de congelamiento dadas las bajas temperaturas y temporales de nieve que azotaron la zona”.
Como intento no juzgar sin elementos que respalden mis aseveraciones (como si fuera un taxista, un jubilado o un Papa) acudí al Dios Google y revisé información de fabricantes de válvulas de ese tipo y en un catálogo de la marca TLV encontré en el protocolo que incluye las instrucciones de uso lo siguiente:
Como alguno no entenderá el idioma del Amo del Universo (yo me llevo a las patadas con tal idioma) aquí va la traducción:
Utilice sólo bajo condiciones en las que no se producirá ningún congelamiento. La congelación puede dañar el producto, lo que lleva a la descarga de líquidos, cosa que puede causar quemaduras u otras lesiones”.(aclaro que se refiere a quemaduras que sucederían si los líquidos fueran corrosivos, que no sería el caso, lo importante reside en la advertencia de falla por congelamiento y derrame subsiguiente)
El día 22-9 se informó que el Perito Judicial, Ing. D. Cabrera, opinó que la falla se produjo “al parecer, por efecto del congelamiento”. Dispuso que “ se recubran todas las válvulas de las cañerías que trasladan la solución cianurada con una malla de calefacción”, cosa que ya había hecho personal de Barrick en esa y otras válvulas similares (aunque no lo había hecho en unas 20 válvulas restantes en el conducto), lo que marca clarito que (1) mi suposición era correcta y (2) Barrick había llegado a la misma conclusión sottovoce.
Sólo resta dilucidar una incógnita y es ¿porqué nunca había fallado si no operaba en condiciones técnicamente correctas? Solo encuentro una respuesta hablando técnicamente: no había fallado de puro pedo.
b) La compuerta de desvío
En la misma entrada recalqué que la disfunción de la válvula no era el meollo del derrame al exterior del yacimiento, sino la compuerta de desvío (coincidente con lo concluido por los peritajes) y decía : “si se ve lo declarado en el informe a las 11:45 OMF y Supervisor de Mantenimiento terminan de colocar la compuerta”. No “la cierran”, no “la destraban” sino que la colocan”.
Y resulta tan incomprensible esto que el 21-9 el Departamento de Hidráulica de la Provincia entre otras exigencias solicitó a Barrick “que explique qué significan “terminan de colocar la compuerta de bloqueo” , en el informe del accidente que la minera presentara a las autoridades. No conozco cual fue la respuesta si es que ya la hubo.
Es tan desconcertante lo sucedido con la compuerta y tan central su control para evitar la repetición de fugas, que el juez declaró el 24-9: “En la compuerta por la que salió el líquido cianurado, según me ha informado la empresa, solamente se va a poder levantar con autorización expresa (de) la gerencia general de la compañía y yo he agregado que de levantarse esa compuerta debe haber un monitoreo cada 30 minutos hasta que la compuerta se vuelva a cerrar”,
c) La contaminación
El 25-9 se informó que en una entevista radial el Juez Oritja declaró que: “todos los análisis químicos han confirmado la inexistencia de sustancias contaminantes en los cauces de agua de las cuencas de los ríos Blanco y Jáchal” y que “cuando subieron” (esto es, el 17-9, cuatro días después del derrame) “a la mina encontraron animales desarrollando su vida normalmente, tanto guanacos como aves”.
En entradas anteriores consignamos datos de muestreo que indican que no se registraban valores nocivos a las 24 horas del accidente en los cursos cercanos y mucho menos en cercanías de Jachal.
He leído algún comentario de lectores (suelen ser tan tajantes y faltos de idoneidad como los de un taxista, ya lo sabemos) acerca de guanacos muertos. El mismo juez menciona esto, pero a diferencia de los “comentaristas” dice que cuando subieron: “Hallaron un par de camélidos en estado de descomposición avanzada, lo cual indicaba que habían muerto al menos unos 15 días atrás”..
En primer término, como conocedor de geografías elevadas e inhóspitas, aclaro que todos los animalitos de esos lugares mueren y quedan por cualquier lado (no tienen servicio de sepelio) por accidente, vejez, enfermedad o congelamiento y se suele ver sus restos. En este caso se habían producido unas nevadas más intensas que lo usual y dieron lugar en las proximidades de Veladero a estas patéticas escenas, fotografiadas por operarios en viaje al campamento y publicadas el 14-8, un mes antes del derrame.
d) Magnitud del derrame
Barrick había declarado el 16-9, en el informe elevado al Ministerio de Minería Provincial que: “el dato inicial” “alcanzaría a 224 m3; dato que se obtiene desde la identificación del evento hasta el cierre de la compuerta” “desde las 10 a.m. del 13/09/15 a las 11:45 a.m. del mismo día”
El 23-9 Barrick emitió un nuevo comunicado indicando que el “equipo de expertos técnicos de la compañía” determinó finalmente que el caudal derramado ascendió a 1072 m3.
Un día después, el 24-9 el Juez Oritja explicó la mecánica de determinación (que omitió el comunicado de Barrick pero figuraba en el informe enviado al juzgado).
“la cuantificación la han obtenido en virtud del aforador que existe en el Río Potrerillo que detecta una modificación en el caudal del río y la duración de ese aumento de caudal.
“El aumento del caudal comenzó a las 21 horas del día 12 y concluyó a las 12 horas del día siguiente por lo tanto, en virtud de ese aumento de caudal, se puede determinar cuántos litros fueron los que salieron”
Lo primero que debo decir es que si el “equipo de expertos técnicos de la compañía” tardó ¡10 días! En notar que tenían ¡un aforador en el río que recibió el derrame y que permitía cuantificar exactamente el volumen!, entonces el “equipo de expertos técnicos de la compañía” merece que le remachen el culo a patadas y lo transfieran a barrido y limpieza. Que los ejecutivos que lo seleccionaron reciban idéntico tratamiento. Que quienes seleccionaron a esos ejecutivos sean remachados en idéntica forma (y como ya estamos en el nivel de Directorio mundial paramos allí…. pero por las dudas repitamos el remachado!).
Hay sin embargo algo bueno en todo esto; podemos ahora conocer el volumen derramado con precisión. Los “noalamina” y los taxistas seguramente dirán que mienten, pero como los datos del aforador han quedado registrados y son accesibles a Minería y al Juez creo que deben ser dados por ciertos; recalco que los 224 m3 los informaban como “dato inicial”, lo que significa que era sujeto a revisiones, que son las que describimos.
Veamos ahora el lado bueno de todo este entuerto: El derrame duró 15 horas, o sea 54.000 segundos. 1.072.000 litros divididos 54.000 segundos arroja 19,85 litros/segundo, algo más que la mitad del caudal que surgía de los datos iniciales ( 35,5 l/seg)
Creo útil volver sobre este asunto: La cantidad total derramada es un dato importante sin duda, pero el dato crítico, definitorio es el caudal, o sea el volumen por unidad de tiempo ¿Porqué? Porque el derrame se une al caudal de los cursos de agua que lo transportan y se diluye en ellos.
Estimando que sólo un 50 % del ion (CN-) se hubiera destruido como dijéramos por el PH bajo de los primeros cursos (yo creo que debió haber sido superior y sería muy útil que se lo sometiera a ensayos de comprobación), los 35,5 litros/segundo de la estimación inicial producirían un contenido promedio en el Río Blanco de 0,0028 gramos/litro (o 2,8 miligramos/litro para hacerlo sencillo), mientras que con el caudal de la medición por aforador el contenido medio habrá sido de 0,00158 (o 1,6 mg/litro).
En conclusión el volumen fue muy superior al estimado inicialmente, pero su peligrosidad fue muy inferior ¡maravillas de la físico química!
Para rematar todo lo expuesto; recién en el Río Blanco hay habitantes costeros (aunque pocos). Y ese río se llama Blanco porque viene cargado de sales de todo tipo: sulfatos, cloruros, sales de arsénico, boro y que sé yo cuantas cosas más, lo que lo hace no potable, hasta el punto que un profesional destacado, el Ing. Perucca comentaba “en la década del '60, me tocó recorrer la cordillera iglesiana”. “recuerdo que una de las principales recomendaciones de los baqueanos y arrieros era que, de ninguna manera, permitiéramos a nuestras mulas beber el agua del río Blanco, so pena de quedamos de a pie al descomponerse el sistema gástrico de la tropa y quedar inhabilitada para llevar carga alguna”.
¡Oh Señor, nuestro Gran Contaminador! Eres más de temer que Veladero.


Esta historia continuará.

2 comentarios:

profemarcos dijo...

Muy buen análisis. Gracias!

68 y contando (y van 75) dijo...

Profe: Gracias a usted, se lo extrañaba por estos pagos