jueves, 29 de diciembre de 2011

Documento de Carta Abierta
















Estoy volviendo. De a poco. Falta aclarar bien si la Sintonía faltante es fina o gruesa.Y si no será que erramos alguna sintonía y sintonizamos la radio del enemigo sin querer.
Sin embargo coincido con 68 y contando cuando dijo "Pero de algo estoy convencido:Si esto quizás no es lo mejor lo que sí es seguro es que lo otro es lo peor."
Que viene a ser lo que dijo La Cámpora en su solicitada acerca de Donda: "Este gobierno puede ser imperfecto, pero que no le quede dudas a nadie que siempre va a ser mejor que uno que integren Binner, Stolbizer, Tumini y Donda". Puede cambiar a piacere los apellidos por otros de la farándula reaccionaria o rebolu..cionaria.
Endemientras, diría un paisano, copio la nueva Carta Abierta con cuyos términos coincido en el trazo grueso (pero no en la Sintonía fina)


Igualdad
El triunfo de Cristina Fernández de Kirchner en las elecciones del 23 de octubre con el 54 por ciento de los votos expresa la voluntad popular por la profundización de los cambios. En esa decisión de millones de personas se vislumbra la apuesta por una política transformadora, perseverante en su irreverencia frente al orden establecido. En su seno, conjurando la totemización del mercado, rescatando voces antiguas de la fragua popular e intentando frente a ellas nuevas formas de lo político, late incipiente la otrora desterrada utopía de la Igualdad. Es acompañada por la validación de un tipo de gobernabilidad que no puede concebirse por fuera de la recreación incesante de lazos constitutivos con una sociedad activa, heterogénea y abierta, y el impulso hacia un extendido compromiso militante que tiene en el entrecruzamiento generacional y la convocatoria activa de la juventud una de sus dimensiones más notables. Los argumentos simplistas de la gran prensa –voto conservador, el consumo, la oposición inexpresiva– son velos que ocultan otros destellos resultantes de ocho años de continuidad que también sostuvieron el 54 por ciento. El humor social, la recuperación de valores que parecían perdidos, la identidad como pueblo, la confianza en un liderazgo, el compromiso creciente en capas de la sociedad para participar en lo público, la perspectiva y esperanza en un futuro.

Recordemos que apenas una década ha transcurrido desde las jornadas de movilización popular de 2001, cuando en las calles se sancionó la derrota política –y comenzó el retroceso cultural– de un modelo económico centrado en el capital financiero y un modo de gobierno consistente en la mera administración de lo ya dado. Fueron días de indignación y luchas callejeras que hicieron visibles y generales otros combates, los que venían sosteniendo organizaciones diversas desde mediados de los años ’90. Y si aquéllas habían crecido en la resistencia, creando formas nuevas para la política, los acontecimientos de diciembre fueron sancionados con una brutal represión. La crisis desencadenó una transición política que descargó los enormes costos y ajustes del desplome neoliberal sobre las vidas de las mayorías, ya severamente empobrecidas por el régimen caído. Juntamente con una aguda recesión avanzaron la desocupación, la exclusión, la marginación y la pobreza, mientras la llamada “pesificación asimétrica” transfería ingresos a los sectores más concentrados de la economía.

La Historia abrió una alternativa y una esperanza en 2003. La extendida experiencia política que denominamos “kirchnerismo”, como metáfora nominativa de una capacidad transformadora de características propias, posee un doble carácter: se nos presenta como la evidencia política e institucional de un heterogéneo subsuelo popular irredento en incesante movimiento, capaz de establecer los núcleos programáticos de una nueva etapa argentina, en plena ocasión de una crisis de hegemonía de dimensiones y, a la vez, como un inusitado giro de la historia, una inflexión sin coordenadas de arribo, un acontecimiento creativo que cambia los parámetros amputados de una dinámica de poder sin destino posible mayor que el de una tragedia que muta en parodia de sí misma. La figura de Néstor Kirchner fue el epicentro de esa combinación. Asumió la presidencia con un discurso nacional y popular que se distancia del camino industrial-primario-exportador sin inclusión social (desarrollista de derecha), que había intentado desplegar la transición duhaldista. Las urgencias de la democratización de la economía, del crecimiento del empleo y de la producción se concibieron, en el incipiente proyecto, inseparables de la aspiración de reconstruir el mercado interno y recomponer los ingresos de los sectores populares y medios. Al mismo tiempo, el nuevo gobierno se pensó como heredero e intérprete de la movilización social, viendo en lo popular no sólo los rostros de las víctimas del orden en crisis, sino también los de una organización de la que no se podría prescindir. Los movimientos de desocupados fueron actores y partícipes de la nueva construcción, junto a los trabajadores organizados y un múltiple escenario social y político.

La desarticulación del último gran intento por emprender un proyecto de transformación nacional había sido acometida por la dictadura terrorista de Estado, más de un cuarto de siglo antes. Los comandantes y ejecutores de la represión masiva de aquella época se encontraban sin juicio ni castigo. Los primeros intentos de justicia sucumbieron bajo las leyes de impunidad. Pero en nuestro país se había desarrollado una inédita construcción militante de derechos humanos. Heroica por parte de las Madres de la Plaza, que en plena dictadura lucharon por la recuperación de sus hijos, y multiplicada luego en un vasto friso de militancias. Con la decisión de desarmar el dispositivo de la impunidad, el gobierno recuperaba las reivindicaciones centrales de ese movimiento: Memoria, Verdad y Justicia y, al hacerlo, se fundaba a sí mismo como una experiencia política radicalmente nueva. El desarrollo de los juicios, la ejecución efectiva de cientos de sentencias y la constitución de una narración de los hechos centrada en la condena del terrorismo de Estado configuraron un camino que debe seguir siendo profundizado con la investigación de los civiles que colaboraron y fueron beneficiados –como en el caso de Papel Prensa y otras 600 empresas– por lo tramitado en las mazmorras concentracionarias. Consecuente con la profundidad de su compromiso con los derechos humanos, una de las características distintivas del proyecto iniciado en 2003 ha sido la firme decisión de los gobiernos nacionales de no reprimir la protesta popular.

El desendeudamiento con el FMI y la restructuración de la deuda externa con una quita inédita, las negociaciones salariales en paritarias que construyeron una dinámica de recomposición de ingresos y, luego, la estatización de la administración previsional y la inclusión de millones de beneficiarios excluidos en el régimen jubilatorio trazaron un camino en el que la disidencia con las recetas de las ortodoxias financieras se estableció en el plano de los hechos. La desarticulación del ALCA marcó el nacimiento de una nueva política de integración regional que se iría constituyendo en nuevas instituciones, con el Banco del Sur, la Unasur y la flamante Celac. El latinoamericanismo dejaría de ser horizonte de deseo o bandera justamente compartida para convertirse en definición de una política internacionalista y regional.

II
En 2008 la nueva época adquirió otros contornos, signados por el conflicto y el entusiasmo. El justo proyecto de retenciones móviles a las exportaciones agropecuarias condujo a una aguda confrontación del proyecto nacional con el bloque de poder que operó –y opera– como el agente interno de la restauración del proyecto derrotado en 2001. Las corporaciones patronales del campo resistieron y no estaban solas. Un tejido nuevo de poder económico se había articulado en el agronegocio con ellas. Contaban con el apoyo de los medios de prensa concentrados, emparentados ideológicamente y entrelazados con los negocios ligados a la Argentina reprimarizada de fin del siglo pasado. Se sumó toda una oposición política variopinta que conjugaba discursos republicanos, conservadores y “progresistas” para la ofensiva destituyente. Organizaciones emblemáticas del empresariado industrial, como la UIA, beneficiarias de las nuevas políticas, no se comprometieron con el instrumento que favorecía la diversificación productiva del país, ya por ataduras con la persistente creencia neoliberal, ya por la apuesta a un modelo centrado en la demanda externa y sustentado en salarios bajos.

Los tiempos eran agónicos y parieron nuevos actores en conflicto. Se constituyó el bloque que afirmaría la continuidad de un proyecto que, si heredaba los movimientos populares argentinos, también se mostraba prístino en sus diferencias y fundamental en su novedad. Las organizaciones sindicales, sociales, de derechos humanos, una buena parte del arco político progresista y de la izquierda no peronista, se asociaron estratégicamente al futuro del kirchnerismo, que se afianzaba como identidad política. Un frentismo de hecho defendía al proyecto del intento de la restauración conservadora. Carta Abierta nacía en ese momento de disputa como expresión de un tipo de militancia que consistía en tomar la palabra colectivamente, procurar interpretaciones y asumir un compromiso público. El conflicto era evidente: frente a un bloque que impulsaba la autonomía nacional y ala ampliación de derechos se alzaba una coalición destituyente promovida por la elite del privilegio.

El año 2009 –en el que se afrontó un resultado electoral adverso– supuso un desafío de gran dificultad, pero las fuerzas estaban templadas y el Gobierno profundizó las políticas reparatorias. La Asignación Universal por Hijo y el programa Argentina Trabaja signaron ese momento. Coincidieron durante ese año los efectos de la sequía y la primera fase de la crisis internacional, que fueron enfrentados con políticas y medidas que desafiaban las ortodoxias y recomendaciones de los poderes internacionales y locales. Pese a que no escaseaban los conflictos, el Gobierno impulsó con fuerza otra reforma estructural: una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que prescribe límites a los monopolios y amplía el derecho a la información. Doblar la apuesta se constituiría en una marca de estilo frente a las adversidades.

En dos acontecimientos de 2010 pudo verse el cierre de las dificultades mayores del período: en la fiesta callejera de la conmemoración del Bicentenario y en la dolida y colectiva despedida a Néstor Kirchner. Porque si en el primero se vio la multitud reconocida en la nación que se conmemoraba –y esto es: no en abierto conflicto con el gobierno que la representaba–, en el segundo fue la emergencia de un compromiso activo y militante, descubierto junto con la propia fragilidad de las vidas que lo habían incitado. Y si la fiesta del Bicentenario era la contracara de la justa ira de diciembre de 2001, el duelo en la plaza reponía una confianza en la política que era impensable diez años atrás.

III
Eso fue posible porque la apuesta no fue leve y su horizonte fue la Igualdad. Que no es fácil de definir aunque se advierta su búsqueda en luchas, movimientos, documentos, leyes, hechos de gobierno. No es fácil porque se enlaza a otras cuestiones: la de la Justicia, la Libertad. Elegimos, en este momento, llamar Igualdad a las posibilidades de una sociedad más justa con sus integrantes, menos esquiva de lo fraterno y lo cooperativo, menos abrupta en el recorte de las libertades para algunos. No se trata sólo de igualdad de oportunidades reclamada por el liberalismo ni de distribución económica, aunque todo ello resulta imprescindible. La ley del matrimonio igualitario –que lleva en su nombre la cuestión que tratamos–, seguida por otras de muy reciente aprobación, evidencia una virtuosa escucha legislativa de los reclamos y valores impulsados por las minorías. El derecho al aborto, concebido como defensa de la autonomía de las mujeres a definir sobre su cuerpo y su deseo a la maternidad –y ya no como sumisión a la voluntad de un otro–, está en el horizonte de esas medidas que, impulsadas por pocos, inauguran, sin embargo, otro estado de los valores, las creencias y las lógicas que estructuran la vida social.

Si la Igualdad es el horizonte de estas políticas, lo es como igualdad en la diferencia y reconocimiento de la heterogeneidad. Lo es como ampliación de la ciudadanía, que se va desplegando en un recorrido desde la inclusión –con las múltiples estrategias de reparación social– hacia la Igualdad. No es poco lo que falta en este sentido y seguramente nunca el camino estará cumplido. La igualdad en la diferencia debe ser también el signo de una democratización profunda de la cultura, a la que las mayorías tengan acceso, generando disposiciones al conocimiento y el disfrute de lo creado por este país. Democratizar la cultura no es sólo generar espectáculos masivos. Es también crear las condiciones para la renovación del gusto cultural popular y para el impulso hacia la emergencia de nuevas y distintas expresiones. Hay mojones de este intento –como la ley de medios y Tecnópolis– que deben ser profundizados y ampliados. Muchos pasos se han dado de 2003 a hoy para disminuir la desigualdad que había generado la destrucción de la educación pública. Más chicos en la escuela y almorzando con sus familias. Menor deserción. Primeras camadas del secundario en algunas zonas del país. Docentes reconocidos en su dignidad de trabajadores. Bibliotecas y netbooks para todos. Estos cambios destacan y promueven el desafío de avanzar por lo aún faltante: la buena escuela pública, como la mejor alternativa de formación en todos los lugares y para todos los sectores. Habrá que explorar pedagogías, cruzar saberes y pensamientos, interrogar los modos de transmisión del conocimiento; pero esto será posible no sólo por el trabajo de especialistas sino también por la mayor participación de sujetos activos con compromiso en la transformación cultural y social necesaria para la buena educación. Ello requerirá que la política de Estado enunciada en la Ley de Educación Nacional se traduzca en prácticas sociales que legitimen en todo el territorio de nuestro país el derecho a la educación pública en una sociedad democrática. Pero aun con los cambios legislativos y políticas implementadas, subsisten tendencias estructurales regresivas, constitutivas de una matriz de sistema educativo, cuya reversión es imprescindible para atender al objetivo de la Igualdad. El creciente peso relativo de la educación privada –sostenida con financiamiento del Estado– en todos los distritos del país, pero con más intensidad donde predomina la población de sectores medios, resume la significatividad de esas herencias. Ese avance en desmedro de la centralidad de la educación pública es una fuente de desigualación social que conjuga desde segmentaciones clasistas hasta prejuicios raciales. La superación de esta lógica requiere de la convocatoria a los docentes, a los sindicatos y a la participación popular para movilizar la reposición de la escuela pública como núcleo clave de igualación social y forja de unidad popular.

Una nueva etapa del proyecto nacido con la asunción de Néstor Kirchner en el año 2003 queda inaugurada en los discursos de cierre de campaña de la Presidenta, en ocasión de la victoria electoral y en el foro del G-20. En ellos el ideal de la Igualdad y la crítica del orden global del neoliberalismo resonaron como sus núcleos clave. Posicionarse desde América latina y el Caribe sin neutralidad ni imparcialidad señala el alineamiento frente al poder central en el orden internacional y del lado de las mayorías populares en la política nacional. No son aceptables las interpretaciones de este triunfo electoral como el resultado de un modelo de consumo y a la vez clientelar, del tipo del que signó a los años noventa. En éstos se trataba de una política de dádivas en un proceso de exclusión, en tanto el crédito a los sectores medios, el dólar barato y la focalización arbitraria –constructora de desigualdad– avanzaban con un discurso que naturalizaba la desaparición de la política como herramienta de transformación. Se trata de la diferencia del sufragio en una nación de ciudadanos frente al voto en un mercado de consumidores.

IV
La histórica denuncia de las “relaciones asimétricas” en la reunión de Mar del Plata, que derrotó al ALCA, y los proyectos de constitución del Banco del Sur y de la Unasur, así como la desvinculación de las políticas recomendadas por los organismos financieros internacionales, precedieron a una crisis que tiene alcances inéditos, dramáticos y de fin imprevisible. La nueva política económica heterodoxa desarrollada por la Argentina y buena parte de América latina y el Caribe generó mejores condiciones para las respuestas frente a la profunda crisis que se despliega en el nivel de la economía mundial.

El desplome financiero conduce a la destrucción de un stock de capital ficticio inconmensurable que provoca el desmanejo de las finanzas globales por los organismos creados para ese objetivo. Las derechas de los países centrales se obstinan en profundizar la lógica ultramercantilista en el funcionamiento de las economías, tanto en los órdenes nacionales como en la esfera global. En esos países la democracia emprende el retroceso a una formalidad sin ciudadanía, mientras el poder financiero elige tecnocracias para dirigir sus destinos. Las instituciones que fueron origen y centro de la crisis intentan someter a su cruda ley los presupuestos públicos y dar garantía de continuidad al capitalismo en su forma de financiarización. Xenofobia y ajustes en los presupuestos públicos, privatizaciones de empresas de servicios y reducciones de salarios, despidos masivos y destrucción de lo que restaba de los Estados de bienestar configuran el nuevo rostro de los países centrales. En el centro del mundo se diseña un escenario de incertidumbre y amenazas, del que no están excluidas las intervenciones armadas que se excusan en “paradigmas civilizatorios”. Sin embargo, este avance reaccionario no se despliega sin resistencias. Las huelgas y movilizaciones obreras y el surgimiento de nuevas expresiones de lucha popular –como la de los indignados– son síntomas de un descontento que constituye un potencial de futuros conflictos, lejos de la pretendida sentencia del fin de la Historia que el neoliberalismo proclamaba en sus décadas de esplendoroso ascenso.

El discurso presidencial en el G-20 impugnó el capitalismo financiero, la desregulación y la política de precarización del trabajo. Una impugnación a la esencia del capitalismo realmente existente. Implacable crítica hecha desde la jefatura de un gobierno empeñado en construir una sociedad de derechos mientras ese capitalismo actual los destruye en el centro del sistema global que construyó. ¿Habrá futuro para el capitalismo? ¿Habrá futuro para la humanidad? ¿El anarcocapitalismo conducirá a la barbarie?

La degradación del sistema en los países centrales comprende la aceptación y el fomento de paraísos fiscales, esquemas de elusión impositiva, maniobras con los precios de transferencia en las operaciones intrafirma de las empresas transnacionales. Así, mientras la financiarización conduce a la profundización de estos rasgos, los discursos de los líderes de las naciones hegemónicas condenan esas prácticas, la mayoría de las veces en forma hipócrita, mientras promueven ordenamientos legales internacionales con objetivos más cosméticos que transformadores.

En cambio, los países periféricos que sufren pérdidas fiscales y fugas de capitales por la presencia de esos mecanismos están interesados realmente en su desarticulación. El gobierno argentino ha trabajado en los foros internacionales en esa dirección. Así, el interés en el combate al lavado de dinero y la evasión fiscal son objetivos importantes y destacables de la política del Gobierno. Pero resulta equivocado legislar esas cuestiones en el formato de Ley Antiterrorista, como se lo hace en el actual proyecto que trata el Congreso. Ese dispositivo adopta la duplicación de condenas acogiéndose a una definición del concepto de terrorismo de carácter tan inespecífico, que podría utilizarse en fallos judiciales que criminalicen la protesta social. Formato antiterrorista e inespecificidad de acepción que deriva del poder y las presiones norteamericanas en los foros internacionales. El gobierno argentino se ha destacado por su voz crítica en ellos y por eso sorprende y preocupa esta adopción de un estándar internacional contradictorio con el espíritu democrático del proyecto nacional que hoy despliega.

Durante la última década nuestra región ha comenzado a desarrollar, de manera creciente, una experiencia económica, política, social y cultural esencialmente diferente de la verificada en el mundo desarrollado. Tal proceso político, dirigido a establecer esa sociedad de derechos, es incongruente con las sociedades de libre mercado. La preeminencia de lo político, tendencia verificable en gran parte de las nuevas experiencias nacionales de América latina –con marcadas heterogeneidades, indudablemente–, supone un ejercicio creativo de regulación pública creciente de aspectos económicos esenciales en el cual la ciudadanía política recupera un lugar principal respecto de las relaciones mercantiles no exento de conflictos y contradicciones. La frustración del plebiscito popular en Grecia acerca de las recetas de ajuste impuestas por el FMI, Alemania y Francia, permite realizar un poderoso contraste con la mayoría de los gobiernos latinoamericanos cuya soberanía política en materia económica se acrecienta y complejiza a través de novedosos entramados nacionales y de integración multidimensional. Si bien estos procesos no están exentos de intrincados desafíos, asociados a un exacerbado grado de transnacionalización, gestión de recursos naturales y complejos escenarios de tensión distributiva, sus características distan de constituirse en evidencia de la lógica del capitalismo central. La imaginación política regional, la búsqueda de autonomía y la voluntad integradora esencialmente crítica del neoliberalismo han abierto una variante de organización social cuya denominación constituye aún una incógnita a dilucidar recurriendo a nuevos debates todavía en ciernes. Parece apropiado evitar referencialidades semánticas a pesadas e irresueltas herencias, no renunciando sin embargo a recuperar del arcón de posguerra la voluntad de las grandes gestas humanas que, a través de distintas identidades, dirigieron su proa a idearios democráticos, populares, independientes, igualitarios y libertarios.

No es fácil darle nombre propio al tipo de sociedad que queremos, dice la Carta Abierta/10 y, ciertamente, ese nombre aparecerá cuando se pronuncie colectivamente, en el interior de la conciencia de miles y miles de personas. La unidad de América latina y el Caribe, que incluye el rechazo a las conductas imperiales y la anárquica desregulación financiera, resulta en la urgencia de una autonomía no sólo justa, sino imprescindible, frente al desastroso despliegue reaccionario en el centro del capitalismo mundial. El paradigma de la Igualdad adquiere una significación trascendente como brújula en el clima de desazón de esta época.

La recuperación y centralidad de la idea de Igualdad representa una transformación cultural en la Argentina. El trazo grueso de los cantos de sirena del neoliberalismo fue el de crecimiento y derrame: sin acción pública los estímulos de mercados y ganancias conducirían a la ampliación y eficiencia productivas que desembocarían en la reducción de la pobreza en una sociedad de desiguales para el “bien” de todos. Sin embargo, el resultado fue el estancamiento y la exclusión.

Siempre ha existido una relación contradictoria y tensa entre capitalismo e Igualdad. La extensión de los derechos civiles y políticos generalizó la ciudadanía formal, mientras que esa expansión a la vez operaba como velo de la desigualdad en el acceso a bienes y servicios. La idea liberal de un ámbito público de la política alienado de un espacio privado reservado para la economía esteriliza la potencia de la primera para transformar la segunda. Ni la Igualdad sustantiva ni la ampliación de derechos son cuestiones de mercados, sino de ciudadanía. La primacía de la política sobre la economía, la intervención pública en ésta, la sustitución del objetivo del crecimiento por el del desarrollo y el privilegio ciudadano sobre la determinación mercantil para elegir el destino estratégico de una nación son tributarios de una propuesta de profundización de la Igualdad. Esta es la inscripción del paradigma de la Igualdad proclamado por la Presidenta como objetivo de esta etapa.

V
Desde 2003 se produjo una mejora sustantiva en la distribución del ingreso, tanto que la Argentina eleva los índices promedio de la región en términos de equidad distributiva. El sistema impositivo alcanzó en 1974 su pico de equidad del siglo XX, y luego comenzó un ininterrumpido derrumbe que profundizaba constantemente su regresividad. El actual proyecto ha revertido esa tendencia alcanzando una leve progresividad al final de la década recién concluida. Las retenciones han contribuido a ese cambio. Pero el régimen impositivo sigue siendo injusto con el 20 por ciento más pobre de la población y reclama una reforma tributaria. Reforma que también es necesaria para la estabilidad estratégica fiscal. El impuesto a la renta financiera, la mayor progresividad del Impuesto a las Ganancias, la reforma en el Impuesto al Valor Agregado, la consolidación de las retenciones (inclusive recuperando la idea de retenciones móviles) y el refuerzo de las imposiciones patrimoniales provinciales son cuestiones pendientes.

El crecimiento del gasto público ha contribuido a la mejora de la equidad. El significativo incremento del presupuesto educativo y el aumento del gasto en salud contribuyeron en ese sentido. La inversión realizada en esos campos requiere una renovación ahora cualitativa: una atención que no sólo descanse en la mejora de la infraestructura escolar o sanitaria. En relación con la salud pública es preciso puntualizar que no se han producido avances en importancia e intensidad equivalentes a los que sí se dieron en áreas como los derechos previsionales, humanos, educación y de generación de empleo. Se ha tendido a consolidar la inercia heredada, a contramano de las notables transformaciones que el modelo nacional y popular ha sabido generar. El control a los laboratorios, la producción pública de medicamentos y la regulación de la medicina prepaga deberían avanzar en la generalización de un sistema igualitario de salud. Hoy sólo el 1,9 por ciento del PBI se invierte en salud pública gratuita, mientras subsiste –en un sistema fragmentado– una enorme inequidad en la distribución de los recursos. Pensar la salud como política de integración social hace necesario recuperar el rol del Estado como único rector y prestador creciente y dominante, para hacer realidad la universalidad de la atención y el acceso a la salud como derechos de ciudadanía. Un derecho no es ni puede ser una mercancía, ni debe ser el mercado quien distribuya la salud y la vida.

La quita de subsidios a los ricos y a las clases medias-altas que pueden prescindir de ellos contribuye a la equidad distributiva. La reasignación presupuestaria al gasto social y a la inversión pública es de estricta justicia. La campaña mediática que designa la mayor carga como un ajuste tiene una marca clasista. No hay redistribución sin recortes del ingreso de los más pudientes. Ajustistas son las políticas recesivas y restrictivas que disminuyen la capacidad de consumo de las mayorías populares asociadas a recortes del gasto público y no así las reasignaciones progresivas de éste, que mantienen su nivel. Un cambio distributivo supone modificaciones en la lógica de consumo y de la propia estructura productiva que provee los bienes para éste.

La cuestión de la Igualdad comprende el debate clave acerca de los sectores en pugna por la distribución del ingreso. Los enfoques económicos que desde diversos sectores apuntan a detener la política de incrementos salariales, ubicándola como causa del alza de los precios y la disminución de la competitividad externa tienden a imponer un orden injusto propio de la experiencia neoliberal, pero esta vez actualizándolo bajo la forma de una peligrosa heterodoxia de raíz conservadora. Este aparente oxímoron consiste en propiciar una creciente intervención estatal en materia económica, pero amputando las políticas que diferenciaron al período abierto en 2003 –asociadas a la recuperación de los convenios colectivos de trabajo y la dinámica sindical– del programa encarnado por el duhaldismo en beneficio del poder económico concentrado local y extranjero. La competitividad externa, luego de la devaluación del peso argentino en 2002, fue conseguida a costa de fuertes transferencias de ingresos desde los trabajadores y sectores vinculados al mercado interno hacia los sectores empresarios medianos y grandes rurales y urbanos. No se explicó, entonces, por un incremento de la competitividad sistémica genuina, sólo posible por saltos tecnológicos y productivos devenidos de una conducta empresarial de fuertes inversiones, que en el caso de las grandes empresas tendió a no verificarse con el mismo dinamismo que en la década de los ’90 pese a las comparativamente altas tasas de ganancias de los últimos años. La imprescindible política de incrementos salariales sistemáticos propiciados, a partir de 2003, por los gobiernos nacionales tendió a compensar esa transferencia inicial y distribuir los beneficios de la acelerada creación de riqueza que se produjo. Con el fin de preservar el carácter progresivo de la política pública –uno de los basamentos del modelo económico– parece imprescindible encauzar el debate acerca de la inflación y el tipo de cambio hacia los complejos escenarios de la puja entre sectores sociales por la distribución del excedente, ejercicio que implica analizar precios, tasas de ganancia, productividad, inversiones y salarios de manera conjunta. Ello supone en sí una renovada acción estatal, tanto técnica como política, sostenida por un debate público, como expresión evidente de la metáfora presidencial de “sintonía fina”.

Mucho se hizo en estos años en pos de la afirmación de la Igualdad. Lo hizo un gobierno componiendo a su alrededor un conjunto de alianzas. No fue menor el lugar que tuvo y tiene en esa alianza el sindicalismo mayoritario. Organizaciones remisas a revisar las lógicas de poder que las estructuran –y que las llevan al reconocimiento de cercanías que son claramente corporativas, como la defensa de algunos dirigentes que son juzgados por delitos económicos, delitos inaceptables desde cualquier percepción efectiva de la defensa de los derechos de los trabajadores–, pero al mismo tiempo forjadas en la protección de los derechos de los asalariados formales. El grupo que hoy conduce la CGT se templó en la resistencia de los años ‘90 y desde 2003 para aquí articuló alianzas al tiempo que sostuvo la mejora de los salarios y la ampliación de derechos. Un contexto de expansión de la demanda laboral y de paritarias reconocidas lo hizo crecer y afirmarse. Hoy aparecen, enfáticamente anunciadas, oscuridades en esas alianzas.

No es fácil, nunca, orientarse en las coyunturas que son pródigas en ambigüedades, en componer hilos heterogéneos, en presentarse con rostros ambivalentes. Pero todo ello no puede evitar una nitidez que sigue presente: la política argentina sigue teniendo un trazo fundamental que distingue entre un bloque de la reacción y un movimiento –complejo y múltiple– que apuesta por la Igualdad. Es inimaginable que los trabajadores argentinos y sus representaciones sindicales elijan el camino de la reacción, arrojándose a los brazos de aquellos que hasta ayer nomás se decían sindicalistas para defender intereses patronales o para actuar como emisarios de la corrosión de la legitimidad institucional. Porque la CGT conducida por Hugo Moyano no tiene nada que ver con un gastronómico de las barras brava ni con un dirigente de peones rurales que pone a sus afiliados como carne de cañón para un paro patronal. Habrá nubarrones en la coyuntura, oscuridades que opaquen la nitidez, habrá que renovar –para despejarlos– un compromiso común, un compromiso hecho de tensiones, diálogos, conflictos y disidencias, pero sustentado sobre un acuerdo necesario: el de profundización de la Igualdad, el de ampliación de derechos.

VI
El paradigma de la Igualdad como el que se avizora requiere de la autonomía nacional. Un problema central y estructural subsistente e intacto es la extranjerización de la economía. La concentración más esa extranjerización, profundizadas deliberadamente por las políticas neoliberales, contribuyen a una persistente fuga de capitales. Durante los ’90 se financiaba con endeudamiento y hoy se lo hace con las divisas del superávit comercial, conseguido como resultado de la actual política económica y de las condiciones de la economía mundial. Así, el resultado del esfuerzo común es girado al exterior por los más poderosos, que cuanto más ganan más giran. Las constantes remesas de utilidades revelan que la Igualdad no constituye un objetivo exclusivamente social, sino un problema nacional. Así, a la exigencia de mayor inversión se agrega el requerimiento de renacionalizar la economía. Las filiales de las empresas transnacionales orientan su política, mucho más, por las necesidades y lógicas de sus casas matrices que por las definiciones, estímulos y objetivos de la política económica local. Una nueva ley de inversiones extranjeras es necesaria para proveer un marco regulatorio que permita al Estado fijar políticas.

Pendiente está, en función de la profundización de la Igualdad, una legislación justa sobre la posesión de la tierra urbana y rural. El proyecto de ley actualmente en discusión constituye un primer paso. Los desalojos de los humildes y la prepotencia de quienes los llevan a cabo han causado derramamiento de sangre y muertes. La legislación necesaria implica un debate respecto del derecho de propiedad, que por cierto se originó como todos los derechos civiles como reivindicación de los más débiles frente a los más fuertes. La conquista de los montes por parte de los sojeros tiene la misma lógica que la conquista del desierto del siglo XIX. Se despliega como una violación del derecho de propiedad comunitaria para la vida y la cultura de comunidades enteras, destruyendo los derechos de los pueblos originarios y de los campesinos para establecer otros nuevos, que protejan la apropiación de medios de producción por una clase objetivamente vinculada con la restauración del modelo derrotado en 2001. Apropiación típica de los conquistadores, por medio de la expulsión de campesinos de sus tierras. La solución del hábitat urbano y rural es, tal vez, la que atendería los problemas de mayor injusticia y violencia, resultantes de inequidades desgarrantes.

La marginación del ideario del desarrollo y su empobrecimiento al subsumirlo en los conceptos de crecimiento y derrame fueron tributarios de la sanción de leyes financieras que retiraron al Estado de la función de direccionamiento del crédito. Nuevas leyes que regulen el funcionamiento de las entidades, las funciones del Banco Central –que incluyen la recuperación del poder estatal para articular la política monetaria con las otras políticas públicas– y los derechos, acceso y protección a los usuarios del crédito significarán la derogación y el reemplazo de la que fuera la ley de leyes de la política económica de la dictadura terrorista: la Ley de Entidades Financieras y, también, de la carta orgánica del Banco Central, columna vertebral de la financiarización.

La vibrante defensa de Cristina Fernández de la gestión en Aerolíneas Argentinas, la estatización que dio origen a Aysa y las diferencias de eficiencia en la gestión pública de los fondos jubilatorios aplicados a proyectos de desarrollo habilitan una vía de profundización sostenida en la recuperación de la gestión empresaria del Estado. Quedó agotado el discurso de la ineficiencia pública respecto de la virtud de la privada. El desempeño del Banco Nación durante las crisis y en el estímulo del crédito productivo, frente a la conducta lucrativa de corto plazo de una banca extranjera especializada en créditos personales –colocados a altas tasas–, muestra otro contraste que abunda en el fundamento del colapso de esa creencia. Así, el empeoramiento del balance de divisas en el sector energético alerta sobre una insuficiencia exploratoria del capital privado en la industria petrolera. La mejora en el planeamiento y la regulación y la recuperación de la centralidad empresaria estatal en ese sector no sólo atenderían a requerimientos del proceso de desarrollo, sino que también crearían condiciones para generar estrategias económicas que no desdeñen el cuidado del medio ambiente, a la vez que afirmarían el camino de la autonomía nacional.

VII
Si se postula una sociedad de derechos, es impensable avanzar sin la idea del plan. Una sociedad de mercados es una sociedad sin plan, porque la organización de ésta opera indirectamente por el peso de la pura correlación de fuerzas de los poderes económicos. En cambio, la construcción de una sociedad de derechos requiere de la participación ciudadana en las decisiones. Participación cuya fuerza quedó demostrada en la forja de la ley de medios, en su discusión por múltiples foros y en la creación de una sensibilidad social sobre su importancia. No debe ser ése un caso aislado sino el umbral para políticas renovadas en las que se apele a una capilar politización de lo cotidiano. O, dicho de otro modo, en el que se conjugue la igualdad más profunda: aquella que nos hace sujetos políticamente autónomos, capaces de opinar, juzgar, comprometerse y decidir.

Una sociedad movilizada, una opinión pública capaz de forjarse en los debates y no en ningún pensamiento único, una dirigencia capaz de asumir desafíos renovados, un vasto conjunto de militancias heterogéneas y diferentes configuran un escenario promisorio para el año que se abre. Los desafíos son profundos y las interpretaciones que se conjuguen deberán estar a la altura. No es tiempo de tratos maniqueos con el pasado ni de juicios sumarios sobre la Historia, más bien lo es de recostar nuestra experiencia política sobre la diferencia que establece con otros momentos, pero también para que su actual complejidad ilumine la del pasado. Porque somos enfáticos habitantes del presente, debemos ser comprensivos visitantes de lo sucedido. A sabiendas de que los tiempos nos exigen una imaginación política renovada y un compromiso colectivo para pronunciar las palabras justas. Aquellas que nos permitan afirmar la Igualdad.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Sarlo Presidente















Hola amigos (si es que tengo alguno). Aún no vuelvo. Demasiadas cosas me suenan feas y antes de putear lo pensaré dos veces (ansío estar equivocado y después de todo tengo una larga experiencia en equivocarme)
Pero de algo estoy convencido:Si esto quizás no es lo mejor lo que sí es seguro es que lo otro es lo peor.
Así que mientras lo pienso aquí va algo que parece que lo pensara yo, pero dicho mejor que si yo lo dijera.
Es gratis (por ahora)




Sarlo Presidente

Por Javier Chiabrando


La Patria Bizarra contraataca. Ya recordará usted, querido lector, que hace unas semanas desnudé en este digno espacio a los habitantes de la Patria Bizarra, aquellos que, como en el Mundo Bizarro de Superman, viven al revés. O sea, ven mal lo que está bien. Y lo que está mal lo ven catastrófico, obviamente. Si el gobierno aprieta a las editoriales para que fabriquen libros en el país, lo que redunda en trabajo para la mano de obra argentina, ellos dirán que nos aislamos o que se prohíbe el ingreso de productos importados que hacen las delicias de nuestros hijos y abuelas (juguetes chinos que se rompen al sacarlos del paquete o perfumes franceses fabricados para gente que se baña poco). O baten el parche de una corrida cambiaria y de los aviones de Aerolíneas que se caerán mañana. Y seguirán así hasta que un terremoto o un tsunami les dé la razón. En el momento de mi nota el presidente de la Patria Bizarra era Santiago Kovadloff, autor de una patinada de las que no se empardan: "Es un hecho: la República se tambalea".

Los habitantes de la Patria Bizarra están a cada rato en la televisión avisando que todo se está por ir al carajo. Aún no apareció ninguno con un salvavidas en la cintura, pero no falta mucho. Tienen algo de razón; si anuncia una crisis, una crisis llegará, algún día. Son de la misma calaña de los que anunciaron la muerte de Fidel varias veces. ¿Y? algún día van a tener razón. En eso, Dios está del lado de ellos. Sin embargo, y vaya este análisis sociológico como contribución a la pacificación nacional, me parece que luego de las elecciones los habitantes de la Patria Bizarra se han dividido en dos: el núcleo duro y el núcleo blando. O los halcones y las palomas. O los fundamentalistas y los moderados. Y, acorde a la época, han elegido de presidente a una mujer: Beatriz Sarlo.

Las palomas son los que ya no putean con tantas ganas y de tanto en tanto dejan entrever que la asignación universal por hijo ayuda a mucha gente, o que un chico pobre con una netbook tiene más chances de defenderse que uno pobre sin netbook. Para reconocerlos usted tiene que llevarles la contra. Yo lo practico con los taxistas. Ayer nomás me subí a un taxi y al primer embotellamiento el inagotable trabajador argentino dejó caer estas palabras: "así no vamos a ningún lado", apoyado con "este país no tiene arreglo". En el pasado me hice el extranjero: "Mi no comprendou niente". Pero ayer respondí: "A mí me va bien". Ahí nomás el taxista cambió de opinión y me contó que hace apenas diez años su suegra se enojó porque él le arruinó las ollas caceroleando en plazas y noticieros. Al bajarme lo saludé: "Chau Tom Castro". No me contestó. O no me entendió. O no me escuchó. En Historia Universal del Infamia, don Borges cuenta las peripecias del impostor inverosímil Tom Castro, un hombre que luego de hacerse pasar por el hijo perdido de una mujer con dinero, va a la cárcel. Al salir se ganará la vida dando conferencias. Se declarará culpable o inocente, según el auditorio. A veces, como nuestro taxista, comenzará a mostrarse inocente y terminará por declararse culpable ante el cambio de actitud del público.

En cambio, el "núcleo duro" de la Patria Bizarra, los halcones, no cambian jamás. Es lógico: es su negocio y lo defienden. Tienen al 46 por ciento del país de clientes, y justo es el 46 por ciento que está mejor. Lo que vimos luego de las elecciones fue un repliegue para contar bajas y heridos. Estaban un poco desconcertados, pero no se confunda, por muy desconcertados que estén, cuando le tengan que meter el dedo en el culo, no le van a errar. El repliegue fue curioso. El más extraño fue el del multimedio Clarín. Pocos días después de las elecciones, cuando ya estaban fogoneando la catástrofe nuestra de cada semana, tuvieron columnistas de lujo: Alfonsinín, Tío Pino y el novio de la Luli, tres que habían sido ignorados --y cómo-- en las elecciones. La comedieta siguió. Tenembaun y Sloto entrevistaron a Suar, su superior directo, y Nelson Castro a Sloto, un colega de trabajo. ¡Se entrevistaban entre ellos!

Ante semejante confusión, los halcones tomaron al toro por las astas y cambiaron de presidente. ¿Qué había pasado con los anteriores? ¿Abraham se retiró a estudiar a Heidegger porque el kirchnerismo le resulta muy complicado? ¿Lanata estaba preparando sus monólogos de stand up? ¿Kovladoff se enteró de que la república no se tambalea y se retiró a meditar al templo de Shaolin? Hoy, la elegida es Beatriz Sarlo. ¿Cómo llegó Sarlo a transformarse en la más importante analista política de la derecha o del antikirchnerismo si viene de la crítica literaria y cultural? Es fácil comprobarlo leyendo su bibliografía (Borges, la maquinaria cultural, modernidad, posmodernidad, literatura argentina, mercancías y cultura urbana). Allí es muñeca brava; si te baja el pulgar, fuiste carlitos; si te lo levanta, zafaste: a mí no me lo levantó, y ahora tengo que ganarme la vida escribiendo estas contratapas por mil dólares. Por mucho que Sarlo diga que "en los años que llevo viendo la política argentina e interviniendo en ella", las incursiones políticas visibles de la Sarlo habían sido más bien escasas: asesorar a Meijide y salir a la calle, tan despeinada como escandalizada cuando el gobierno tuvo el entredicho impositivo/técnico con el campo.

Yo tengo una teoría de por qué fue elegida presidenta. Y para explicarlo tengo que contar una anécdota del show business. Más o menos para la época del mundial de Francia, se empezó a ver y a escuchar a Ricky Martin de manera un tanto hartante. Ricky ya era muy famoso, pero esta movida lo ponía a la altura de Presley, por lo menos. Ese bombardeo desembocó en Ricky cantando la canción del mundial, privilegio que logra por un asunto de alcoba, y no de su alcoba, ayer secreta hoy tapa de medios, sino de la de Luismi, que andaba a los besos con Mariah Carey, ex esposa de Tommy Mottola, entonces líder de la Sony. Para vengarse de Luismi, Tommy Mottola (hoy esposo de Thalía), lo destronó como ídolo de la canción latina y lo reemplazó por Ricky, al que elevó a la altura de ídolo latino recontrasuperinternacional. (Y sí, los sabios rescatamos ideas de cualquier lado).

Sarlo entra en esta categoría. No en la del show business, sino en este ejemplo. Mucho pueblo, que antes le era fiel a los Halcones de la Patria Bizarra, ahora andaba besándose con otro, o con el que ellos decían que no había que besarse. Para colmo, se habían quedado sin presidentes por esas cosas de la vida. Los que había tenido (Aguinis, Abraham, Eliaschev, Kovadloff, Sebreli) estaban cascoteados, agotados o envejecidos; o sencillamente no daban el tono adecuado: Abraham es fabricante de medias y eso, quiera uno o no, no ayuda; Aguinis no puede dejar de relacionar cualquier cosa con el nazismo; Sebreli está como Foreman cuando boxeaba a los 50 años ("Cristina tuvo el 54 por ciento, pero Galtieri tenía el 90 por ciento de aprobación"). Sacudiendo la galera, apareció del norte, una solución circunstancial, Vargas Llosa, que ocupó por unos días ese lugar de privilegio, pero seguramente era demasiado caro. Ahí es donde aparece Sarlo como el pase del año. Clarín y La Nación la hacen famosa como Tommy Mottola a Ricky para que sus lectores no se vayan a bailar con alguna cristina o cosas peores.

Unos días antes de ser ungida, la Sarlo estaba escribiendo notas en Viva sobre viajes, vacaciones de la infancia, la lectura en las escuelas, la comunicación en la era msm, Internet, etc.; y de pronto se apareció hablando de política como si nunca hubiera pensado en otra cosa. No lo hace mal, claro, si sabe quince idiomas, no hay tema que le dé miedo y no la hacés callar ni poniéndole enfrente a la hinchada de Boca. Y ella cumple largamente su contrato. Mete un gol por semana, mínimo. Como buena presidenta de la Patria Bizarra, se opone a casi todo: a la publicidad oficial, a la creación de un nuevo instituto histórico, a lo que llama uso de la viudez como arma política, a lo que llama concentración del poder, a renunciar públicamente a las subvenciones, y un largo etcétera. Seguramente cree en lo que dice. En el libro La máquina cultural Sarlo escribe (sobre Victoria Ocampo): "Piensa a la cultura desde el modelo de su historia personal e intelectual. En esto se equivoca y a partir de este punto es ciega para percibir incluso el sentido de muchos episodios de su propia vida". Existe la posibilidad de que eso también le pase a ella. Repito: seguramente cree en todo lo que dice. También es posible que como Ricky, se limite a cumplir con el patrón. Canta y baila donde Tommy le ordena. Eso es también salir del closet.

*escritor y músico, javierchiabrando@hotmail.com.

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/14-31508-2011-12-02.html

miércoles, 2 de noviembre de 2011

¡Vos me venís con cada historia....!. (V)




La Opasición







El jefe de la Opasición, Dr (retiro efectivo) Hermes Binner ha exigido al Gobierno democráticamente elegido la convocatoria al Concejo Económico y Social.
Bueno. Puede considerárselo. Pero claro, antes debería haber una expresa, clara y pública Mea Culpa por la larga historia antidemocrática de la fuerza que el galeno integra y dirige.
Un claro y preciso repudio de éste párrafo de La Vanguardia del 14 de Junio de 1956, avalando el fusilamiento (asesinato) de 18 militares levantados contra la dictadura militar y el asesinato de 9 civiles por el mismo supuesto motivo, ambos perpetrados por una junta surgida de un golpe militar que derrocó a un gobierno constitucional y democráticamente elegido:
"En primer lugar, es dato fundamental de los hechos acaecidos, la absoluta y total determinación del gobierno de reprimir con energía todo intento de volver al pasado. Se acabó la leche de la clemencia. Ahora todos saben que nadie intentará sin riesgo de vida alterar el orden porque es impedir la vuelta a la democracia. Parece que en materia política los argentinos necesitan aprender que la letra con sangre entra”.
Américo Ghioldi
Y como la letra a los Argentinos ni con sangre nos entra exigimos tal pronunciamiento para no desconfiar de esa Opasición, que para peor anda a los abrazos con Tabaré Vazques, el complotado con Bush para enfrentarnos en una guerrita.
Será justicia

domingo, 30 de octubre de 2011

Pensándolo bien.....(XX)











Los Originarios (VIII)




6c- Meollo del asunto
Hemos dado nuestra opinión sobre el tema Tierra en entradas anteriores, así que sólo resta el final del final, o sea:.
6.2- La cultura

. La constitución que nos rige con las reformas aprobadas en 1994 en su artículo 75; en el inciso 17 dispone:
"Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas Argentinos.
Garantizar el derecho a la identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades
"
Me permito aquí transcribir parcialmente lo que escribía en " Pensándolo bien VIII, El problema Agrario", en el capítulo sobre los originarios:

"Decíamos que esta serie de entradas tratarían sobre " la lenta transformación y absorción de las formas sociales y de las explotaciones agrarias tradicionales por la sociedad urbana moderna, o dicho de otra manera: el reemplazo de los modos de producción, las relaciones sociales y las formas culturales atrasadas precapitalistas del agro por las de la sociedad moderna capitalista urbana".
Por si no quedó claro: en mi opinión el ineluctable destino de las formas culturales del agro es la desaparición.
Yo diría que desde hace 5000 años, con la aparición de la primer ciudad conocida (Ur, en la mesopotamia) comenzó una contradicción entre el agro y la urbe, la explotación agraria y la manufactura, que se ha desarrollado sin solución de continuidad en estos cinco milenios.
Pero es la introducción de las formas capitalistas de producción -que comenzó a principios del segundo milenio en Venecia, Milán, etc pero que alcanzó su verdadera dimensión a partir de la revolución industrial- lo que ha decretado finalmente la primacía de la urbe sobre el agro.
Y es la evolución de las comunicaciones de la útima década del siglo XX la que dió el golpe de gracia a la viabilidad del manteniniento de modos arcaicos de relaciones sociales.
Vamos a volver sobre esto pero ahora define mi posición ante los pueblos originarios: No se trata de ver como se preservan sus hábitos culturales, sino de ver la mejor manera de integrarlos en tanto habitantes a la sociedad moderna.
Y ello implica como condición necesaria la extinción de sus formas culturales atávicas.

Solamente se trata entonces de ver la manera menos traumática de manejar un proceso que aclarémoslo, se dará sí o sí, que se está dando en los hechos, independientemente de que lo consideremos bueno o malo, lo queramos o no lo queramos.
La estrategia debería ser:
b) Educación bilingüe garantizada, no para que conserven su lengua sino para que entiendan la nuestra y con ella nuestra cultura, lo que terminará cambiando su cultura y arrumbando su lengua al arcón de los recuerdos (o no, pero ya no importará como escollo a su integración).
c) Urbanización, urbanización, urbanización.
"

Los Romanos desarrollaron un método sumamente exitoso para controlar los pueblos conquistados: LLevaban a Roma a los primogénitos de los jerarcas sojuzgados.
Después de un tiempo, sin necesidad de perderse en tortuosas argumentaciones sobre la superioridad de su cultura, los susodichos la aceptaban y la transmitían, sencillamente por contacto, fluyendo naturalmente la cultura de la mas adelantada a la mas atrasada.
Cuando Alejandro Magno invadió Persia desde su atrasada Macedonia hizo pelota a los Persas pero al poco tiempo había adoptado sus vestimentas, sus comidas y sus costumbres.
¿Que quiero decir con esto? Pues que no tiene sentido discutir la supuesta superioridad o inferioridad de una cultura. Si se asegura correctamente el conocimiento recíproco la mas adelantada fluirá naturalmente hacia los grupos culturalmente atrasados que finalmente la adoptarán.
Y dejo para los estudiosos que en largas y pagas vigilias plenas de sabiduría y conocimiento determinen si nuestra cultura debe ser encuadrada definida o catalogada como Occidental, Cristiana, Racionalista, Positivista, Industrial o que mongo. Y si es la mejor o no. Hombres hay que dudan que sea digna de existir o sobresalir y se torturan inquiriendo sobre el derecho a extenderla o promocionarla ( Feinman el bueno boludeó al respecto hace poco en P12)
Otros hay (de todo hay en la viña del Señor, dice el refrán, y casi todo malo, agrego yo) que hasta reniegan de ella, pero eso sí, de palabra, sin renunciar a servirse y a vivir en la misma.
Como yo no soy sabio (dios me libre), filósofo (vade retro), ni intelectual de laya alguna estoy convencido que mi cultura es la mas avanzada (aunque desde luego perfectible) y mi deber como humano es lograr que los demás hombres puedan asumirla si es que pertenecen a otras culturas mas prosáicas.
Porque si yo no lo creyera así porque la considero inferior debería estar buscando vivir en otra cultura. Y si la creo la mejor pero no propendiera a generalizarla sería un guacho egoísta. Y si no estuviera seguro si es mejor o peor y no hiciera lo conducente a formarme una opinión, eligiendo el cómodo "dejad que florezcan las mil flores" maoísta, entonces sería cuando menos un vago y cuando mas un boludo.
Claro, se me ha dicho en algún comentario si no reproduzco la famosa dicotomía Civilización o Barbarie. Y debo decir que si, que así es.
Sin el agregado de derramar sangre o hacer entrar la letra con sangre también como nuestros próceres del lado "Civilización" ( que despanzurraban gente igualito que los del lado "Barbarie", dejémoslo bien clarito) sino aplicando la técnica Romana.
Y por supuesto aceptando la continuación de todo hábito cultural que no sea enemigo de la vida social moderna.
Para dar un ejemplo: no me molesta en lo mas mínimo que hagan pozos y le entierren ginebra, puchos y coca a la Pachamama (si me molestan los fetos de llama que suelen ponerle, pero en fin...)
Tampoco que bailen como Huachiturros en Nguillatunes de imprecación a los dioses por lluvias u otros menesteres.
Porque también acepto a los Cristianos paseando estatuitas de dioses y musulmanes orando culo para arriba sobre una alfombra y judíos adorando candelabros (aunque siempre sueño que dejan de hacer esas chiquilinadas, pero sé que los sueños sueños son).
Para resumir: Yo considero a los aborindios mis conciudadanos y mi obligación trerlos a nuestra cultura, que incluye la escritura, el acceso a la ciencia y a la técnica, la producción industrial, la vida urbana, la medicina científica y también alguna natural, la vivienda adecuada, el acceso a las comunicaciones, la protección de la vejez y la incapacidad, el pago de impuestos y contribuciones, etc, etc.
Y no me molesta que hablen su lengua (en realidad casi no las hablan ya) siempre que hablen correctamente o mas o menos la nuestra o general, propio como si fueran inmigrantes calabreses, digamos.
O sea ¿Considero inferior a su cultura? ¡Pero claro que sí!
¿Los considero inferiores o diferentes a ellos como seres humanos? ¡Pero claro que no!
Y aquí la corto. Porque recuerden que si hablo
"No es para bien de ninguno, sino para mal de todos"
¿Cómo?... ¿Era al revés? Bueno

Adicional sin cargo: Para el que siga esto desde mi descubrimiento de la etnia Samsung, vean como esos originarios ejercen sus culturas ancestrales y cuidan la virginidad del Tipnis

The End

viernes, 28 de octubre de 2011

Pensándolo bien.....(XIX)









Los Originarios (VII)






6b- Meollo del asunto


6.1b- La tierra.
En la entrada anterior expuse mi opinión acerca de la justificación jurídica -de acuerdo a la filosofía de nuestro derecho- de la demanda de propiedad de tierras por parte de los grupos aborígenes.
Lo hice porque sí, porque es lo que hago: exponer mi opinión sobre las cosas. Pero debo reconocer que el problema ha sido zanjado por los legisladores. La constitución que nos rige con las reformas aprobadas en 1994 contempla y regla ese derecho en su artículo 75; en el inciso 17 dispone:
"Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas Argentinos.
Garantizar el derecho a la identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos".
Pero mas adelante, en el inciso 19:
"Sancionar leyes de organización y de base de la educación que consoliden la unidad nacional respetando las particularidades provinciales y locales; que aseguren la responsabilidad indelegable del Estado, la participación de la familia y la sociedad, la promoción de los valores democráticos y la igualdad de oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna"

En mi humilde opinión ese artículo de la constitución reformada es un increíble aborto de la legislación.
Como podrán observar reconoce "la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano" con el sólo fundamento de que son aborígenes
¡Con lo cual se les acuerda un derecho discriminatorio, al cual no tienen acceso los restantes habitantes, vulnerándose en consecuencia el principio del inciso 19 del mismo artículo!
Se constituye así un patético caso de "discriminación positiva" (que simpáticas definiciones acuñan los sabios).
Pero aparte de su contradicción jurídica, de por sí una bruta aberración, es un patético caso de imprevisión.
En efecto, ¿Cuáles son los límites de " las tierras que tradicionalmente ocupan" comunidades que, precisamente desconocen el principio de fijación de límites? ¿De quién dependerá en todo caso la definición?
¿Y cuál sería la razón para proveerles adicionalmente "la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano"?. Porque está hablando de terrenos adicionales a los indefinidos terrenos actuales -los que forzosamente son los adecuados o ya no existirían- lo cual es cosa de locos, por no decir de pavotes.
Y si el párrafo de marras se refiere (y eso creo entender) a las tierras requeridas, por ejemplo, para encarar cultivos a escala capitalista -o rentística, si prefieren el término- y no a áquellas necesarias para el simple sustento, la discriminación en relación al resto de los ciudadanos ya se torna increíble.
Pero podría deberse a que los legisladores prevén el crecimiento vegetativo de la población considerada. Y esto podría entenderse como una sabia previsión, si no fuera porque al no establecer límites en el tiempo o la cantidad podría originar luego de una centuria que una comunidad que hoy recibiera 1000 Hectáreas se hiciera acreedora a 19000 hectáreas adicionales por el crecimiento demográfico, por ejemplo, con el consiguiente despelote con los propietarios linderos, que deberían ser expropiados. Y creanme que si la posibilidad legal existe, tal posibilidad será explotada, no necesariamente por iniciativa aborígen sino aún por intervención y consejo de promotores idóneos e interesados (delincuentes emprendedores, bah), que hoy intervienen en maniobras para expulsarlos de sus asentamientos y posibilitar la apropiación privada (de casos así en El Chaco tuve noticias creibles) y mañana podrían gerenciar lo inverso, que negocios son negocios.
Así que la ley se ha expedido, es de nivel constitucional y no parece tener sentido profundizar mas desde un punto de vista práctico. Pero como este es mi blog ejerzo mi minúsculo derechito de pensar, analizar y exponer sobre cualquier tema al divino botón, y eso hago.
Y yo creo que lo que sí les corresponde a los aborígenes es lo mismo que nuestro derecho concede a cualquier ciudadano.
Debió haberse contemplado la aplicación de la Usucapión y la regla del derecho referida a ocupación veinteañal, que reconoce el derecho a la posesión si se acredita el suficiente tiempo de residencia, como con cualquier hijo de vecino, a nivel de grupo familiar y no de comunidades o grupos étnicos, que podemos reconocer como hábito tribal pero nunca facilitar o encuadrar jurídicamente dado que constituyen rémoras del atraso cuyo destino ineluctable es la desaparición.
Y por supuesto que los sobrevivientes (ahora ya no quedan) de las campañas desarrolladas en el noreste debieron haber accedido a una compensación pecuniaria por el desarraigo o las muertes cuando ello correspondiera (no sería el caso de los que eran grupos con actividad depredatoria pero sí en el resto), así como a la disculpa pública del Estado.
Sin embargo sería iluso pretender que esto se hubiera hecho.
A mediados del siglo XIX se legislaba la prohibición de acceder al voto a los criados a sueldo, peónes jornaleros, soldados de línea o desocupados.
Solamente eran elegibles los que acreditaran ser propietarios.
El voto universal recién se acordó para los varones a principios del siglo XX por la ley Saenz Peña y para las mujeres recién en el 47, si mi memoria no falla (y falla).
Se aplicaba la llamada Ley de Residencia expulsándolos del país a los extranjeros residentes que peleaban por reivindicaciones laborales o sociales.
Aún el mismo Pocho tuvo el conocido caso de la comitiva de los coyas Jujeños que se llegaron a Buenos Aires a peticionar lo que entendían sus derechos a los que no les dió ni cinco de bola y al poco tiempo los despachó de vuelta.
A fines del primer tercio del siglo XX los trabajadores de las quintas de los alrededores de Buenos Aires (mi viejo entre ellos) gozaban de franco (no pago, por supuesto) los domingos a la tarde, los muy vagos.
Es decir que resulta ingenuo (tonto quizás) lamentarse por el olvido o la injusticia hacia los aborígenes.
Era ni mas ni menos que el mismo olvido -o mejor desprecio- que las clases poseedoras y diringenciales dispensaban (y dispensan) a todos los pobres, el pueblo, los nadie.
Por último, por si todas las boludeces del artículo citado no fueran suficientes, va la última: el inciso 17, que norma el derecho a la tierra finaliza "Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones". Contribución al federalismo, en mi opinión una de las mas dañinas sonceras hecha carne en nuestra nación, que deja en manos de caudillejos locales el progreso y la justicia social, los que constituyen, como para cualquier oligarquía o grupo prebendario su peor enemigo; cuanto mas atrasada la región, mas odiado el enemigo .
Así que a dejarse de boludear.
Por ahora paro aquí. Queda un comentario sobre las culturas y un cierre global sobre lo que en resumen pienso sobre el asunto,pero no sé si me darán las ganas.
Pero si resulta así no se alteren.

Sospecho que el mundo podrá seguir igualmente adelante.

jueves, 27 de octubre de 2011

Hermano

Aquí repito mi homenaje publicado el día de tu muerte. Para que mas. Allí está todo lo que sentía y lo que siento



Este es el homenaje de un hombre común que soñó toda su vida con un país mejor, mas justo, mas humano. Néstor hizo real una parte pequeña de ese sueño y resultó una tarea titánica y valiente. Mi homenaje, mi recuerdo y mi compromiso

¡Hasta la victoria siempre!

jueves, 20 de octubre de 2011

Hoy un juramento... mañana una traición (¿tango?)


Disquisición sobre lo que pasa en un lado y las enseñanzas para otro lado



Estoy hace unos días en un sitio en el que me cuesta acceder a Internet y en el que sólo puedo ver Canal 9, América y Canal 13
Pero no quiero hablar de mi sufrimiento (prueben a ver exclusivamente esos canales y sin internet, verán que no es pavada)
Así que estoy escribiendo esta entrada sin saber si podré subirla, pero sintiendo la necesidad de expresarme.
Acabo de enterarme del asesinato de Kadafi, culminación de la atroz intervención de los Amos del Universo. Mis opiniones sobre el tema las fuí volcando en la serie etiquetada "Libia" y no abundaré.
Pero sí quiero referirme a un aspecto que es útil para entender también nuestra realidad.
Acabo de ver la parcializada o mejor dicho cipaya y venenosa información del 13 en relación al hecho y a la embajada Libia en nuestro país.
Ya flameaba sobre la misma la bandera monárquica que Cadafi reemplazó en su momento y
el movilero (pichoncito de turro) señalaba alborozado que los empleados de la embajada expresaban su satisfacción por el asesinato y el aseguramiento del poder por parte de los delincuentes apañados por la OTAN, e incluso reporteó a uno en cámara.
Y lógicamente al turrito no se le ocurrió interrogarse (e interrogarlos) acerca de la actitud rastrera, traidora, acomodaticia y falta de valores éticos y morales que implica el haber estado representando al régimen ahora vilipendiado durante años, aceptando en consecuencia sus políticas, estrategias y valores por pura conveniencia egoísta, evitando confrontar, o cuando menos no participando en el aparato de ese Estado, mientras el régimen fuera fuerte y mientras los dólares de sus sueldos y prebendas fluyeran seguros.
Y es necesario entonces recordar que éstas son solamente pequeñas ratas. Ratas enormes ya habían defeccionado y se habían acoplado al nuevo régimen títere en formación, como el comandante del ejército Libio (que después fuera cagado a tiros democráticamente por otros "liberadores" por un quítame allá esas pajas, como dicen los gallegos). Y también el actual capo del CNT (o no, que todavía están tironeando poder entre ellos y no sé como está hoy la tabla de posiciones)
Los procesos transformadores -sin entrar a considerar la justeza o no de sus postulados o la profundidad de sus objetivos-, sobre todo cuando surgen de improviso, por cirscunstancias coyunturales que lo permiten, sin una estructura decantada de soporte estructural e ideológico, están sometidos a esta amenaza: la de contener como un tumor oculto numerósos enemigos solapados, que acompañan por motivos rastreros y egoístas el proceso pero siempre prontos a aprovecharse del mismo y a cambiar de montura y lo que es peor, a traicionarlo en cualquier momento.
En nuestros pagos la grandeza de estadista de Néstor consistió, entre otras cosas, en su habilidad para conducir y dominar a esa recua y conseguir que trabajaran para el cambio e impedir sus sabotajes.
Se le escapó Cobos y supo -o supieron,él y Cristina- manejar la situación, pero el peligro es la cantidad de ellos que aún siguen (y no hablo de "transversales",¿capice? ).
Y he aquí mi profunda reflexión gatillada por la terrible pero no menos esperable noticia de hoy, como aporte a mis conciudadanos:
¡Ojo al piojo!

martes, 18 de octubre de 2011

Pensándolo bien.....(XVIII)




Los Originarios (VI)






6- Prólogo del meollo del asunto

¿Cual ha sido el objeto de todas las entradas anteriores? Desmitificar, poner en su justo término las historias, las culturas, los antecedentes morales y sociales de los grupos preexistentes, indios, naturales, aborígenes u originarios.
Porque solo así podremos valorar, comprender y determinar la justeza y/o viabilidad de sus reivindicaciones.
Podemos decir que hay dos aspectos o reivindicaciones que cabría definir como centrales de lo aborígen: Tierras y cultura.
De la primera exigen la posesión, de la segunda exigen el mantenimiento y ejercicio.
Pero al mismo tiempo hay otras reivindicaciones accesorias que sin embargo guardan especial importancia y se entrelazan en algún punto con las centrales: las exigencias del soporte estatal en salud, educación, asistencia económica, técnica y de vivienda y servicios.
6.1- La tierra.
He dicho en exposiciones anteriores que todas las culturas aborígenes aceptaron un sólo derecho para la posesión territorial. Este derecho puede resumirse así: El que fuera capaz de pegar el garrotazo mas fuerte se acreditaba la posesión.
Si lo vemos bien, es el mismo derecho que conocieron y aceptaron todas las culturas humanas hasta la formación de los estados-nación y el derecho moderno (no les quedaba otra).
Hasta tal punto es así que ese fué el derecho aplicado por las invasiones española, portuguesa, inglesa y francesa sin interrogarse sobre la corrección de ese proceder (o quizás peor, escudándose en la religión para el caso de los galaicos).
También es cierto que los estados-nación modernos aceptan un derecho "de iure" y otro derecho "de facto". Y que el derecho de facto sigue consistiendo en el garrotazo mas fuerte.
Pero volvamos a los pueblos originarios; hemos expuesto someramente casos que muestran el proceso de reemplazo, eliminación o sometimiento de algunos grupos aborígenes por otros .
No son todos ni lejanamente. Ese proceso se dió incontables veces en toda América y a lo largo de siglos y puede decirse que en algunos territorios aislados continuó hasta tiempos recientes (Amazonia, nordeste brasileño, Patagonia Argentina y Chilena), así que los casos son numerosos.
Es decir entonces que la conquista aplicó el derecho de gentes imperante, pegó el garrotazo mas fuerte y se apropió de América.
¿Cúal es entonces la validez del reclamo de tierras que lo aborígenes fundamentan en ese proceso, que no hizo más que aquello que esos mismos grupos ejercían y aceptaban como práctica usual (podría aventurarse: como práctica cultural)?
Ninguna, pues lo fundamentan en un derecho posterior -y ajeno a lo que ellos aceptaban como corriente-, el de los estados-nación modernos y sus doctrinas jurídicas.
Es decir, argumentan la validez de un derecho que efectivamente reconoce la apropiación de algo por la fuerza como delito, con lo que paradójicamente aceptan la validez de la sociedad moderna, pero intentan aplicarlo a un hecho anterior a los que aplican ese derecho y catalogando como punible aquello que ellos aceptaban y aplicaban naturalmente, siendo que ese mismo derecho moderno no acepta aplicar la ley a hechos anteriores a la misma, como principio general, y lo reclaman sobre la base de una supuesta responsabilidad de esa sociedad moderna cuyo derecho niegan.
Es un perfecto ejemplo de instrumentación lógica circular, que no admite resolución.
Como decían los romanos, "Dura lex, sed lex". La ley es dura, pero es la ley (y a continuación aplicaban igual el principio del garrotazo, pero bueno...).
Pero también debe considerarse la violencia aplicada luego por lo que ya comenzaba a ser nuestro Estado-nación con las matanzas de Rosas y de Rauch y de nuestro estado-nación hecho y derecho con las campañas de Roca y subsiguientes (la Triple R que precedió a la Triple A).
Antes de seguir, aclaremos que lo de "estado-nación" es una figura que busca interpretar la organización moderna pero que tiene poco de lo que dice. Basta mencionar a España, Canadá, Yugoslavia y Bélgica para mostrar que son en realidad acuerdos frágiles en los que aceptan vivir a regañadientes diversas nacionalidades que poco de afines tienen entre sí.
Sin embargo, nos guste o no son la mejor manera de organizar poblaciones encontrada hasta ahora. Los humanos seguiremos intentando.
Mientras tanto, volvamos al asunto.
Yo creo que hay dos fases bien diferenciadas de las guerras contra los grupos aborígenes:
Las campañas del sur, dirigidas fundamentalmente contra los mapuches, y las del norte.
Tal como comentamos en entradas anteriores los Mapuches ingresaron a este lado de los Andes (y masacraron a grupos aquí asentados desde antiguo), ya con posterioridad a la Revolución de Mayo.
Así que este caso no cuadra en la agresión y desconocimiento de pueblos preexistentes, independientemente de la inhumanidad y brutalidad puesta de manifiesto en esas campañas.
Por otra parte nadie puede ignorar que en todo caso las incursiones de los Mapuches sobre poblaciones pertenecientes al estado incipiente resultaban igualmente delictivas y feroces.
Ciertos grupos no Mapuches eran igualmente salteadores frecuentes desde el este de Buenos Aires hasta Córdoba. Esta era sencillamente la conducta cultural de los pueblos primitivos
En las campañas del noreste en cambio la agresión se abalanzó sobre poblaciones asentadas con anterioridad a la Independencia, si bien también es cierto que esos grupos (o algunos de ellos) también atacaban las explotaciones agrícolas y poblados modernos, digámoslo así, y desconocían igualmente la potestad del estado moderno.
Hemos mencionado también que varios grupos tribales aceptaron en cambio el trato amistoso (es una manera de decir) de los modernos y hasta combatieron a sus órdenes contra otras tribus o por alguna de las facciones en las guerras civiles.
Como puede verse la historia humana (y nuestra historia no escapa a las generales de la ley) no es lineal, no es negro o blanco, buenos o malos, civilización o barbarie, no es el Billiken Mitrista ni el Billiken revisionista.
Este punto no termina aquí, falta una buena parte...

Pero por ahora, para que no se les amontonen las puteadas, la corto y sigo próximamente.

sábado, 15 de octubre de 2011

¡Vos me venís con cada historia....!. (IV)





Descascarando estatuas






Hice un paréntesis al tratamiento de los Aborindios porque me gusta que me puteen variadito, unos por esto y otros por lo otro.
Así que aquí les arrimo otra joyita de nuestra historia.
Esperando no aburrir con reiteraciones explico que nuestra historia fué producto de los intereses y/o convicciones de las clases poseedoras.
El pueblo llano puso el lomo, como siempre, pero como objeto, no como sujeto.
Por supuesto reconozco también que algunos miembros de los grupos poseedores, o de las clases altas, o culopaspados, o lo que sea que sean también expusieron el pellejo y hasta lo perdieron en algunos casos.
Y que sus intenciones en muchos casos eran buenas para el pueblo llano.
Pero nunca me pelearía por defender a Rosas o a Sarmiento, a la civilización o a la barbarie. Solo intento conocerlos para entender porque somos hoy lo que somos.
Como pueblo llano que soy, que fuí y que seré (a no ser que acierte el Quini).
Y claro, a los cogotudos o semicogotudos o protocogotudos jamás se les pasaría por el mate poner a laburar a sus vástagos de chiquitos para que no se vuelvan vagos después, y menos que menos laburando de en serio, hilando, o sirviendo de mucamas por ejemplo.
Muy por el contrario los harán estudiar, viajar y hacer deportes antes o ahora.
Con lo cual terminan siendo unos vagos de mierda que se llaman en ese caso empresarios o actividades afines.
Y ni por las tapas pensarán que si sus niñas no laburan de chiquitas se volverían medio putitas.
Pero de los crotos, del pueblo llano, piensan diferente. Aún con las mejores intenciones. Aún los tipos de ideas, conductas y actos respetables.
Por ejemplo, miren las opiniones y sugerencias del coso este:

"Esos miserables Panchos donde vé uno la multitud de criaturas que llegan á la edad de pubertad sin haber exercido otra cosa que la ociosidad, deben ser atendidos hasta el ultimo punto. La Lana es bien abundante en este Pais, el Algodón del Paraguay, Chaco etc. y otras infinitas materias primeras que tenemos y podemos tener con nuestra industria, pueden proporcionar mil medios de subsistencia á estas infelices gentes, que acostumbradas á vivir en la ociosidad, como llevo expuesto desde niños les es muy penoso el trabajo en la edad adulta, y ó resultan unos salteadores, ó unos Mendigos"
Y mas adelante: "A mui poca costa podía esta Junta tomar medidas para llevar á efecto estas ideas. Después que ya los niños saliesen de aprender los rudimentos de las primeras letras, podían ser admitidos por aquellos Maestros Menestrales que mejor sobresaliesen en su arte"
Y después: ", entonces las Jobenes aplicadas usando de sus habilidades en sus casas, ó puestas á servir no vagarían ociosas, ayudarían á sus Padres, ó los descargarían del cuidado de su sustento; lexos de ser onerosas en sus casas la multitud de hijos haría felices las familias; con el trabajo de sus manos se irían formando peculio para encontrar pret endientes á su consorcio; criadas en esta forma, serian Madres de una familia útil y aplicada; ocupadas en trabajo que les seria lucroso tendrian retiro, rubor, y honestidad"
Y por último: "No me olvido lo útil que seria el establecimiento de Escuelas de hilazas de Lana para igualmente desterrar la ociosidad, y remediar la indigencia de la Jubentud de ambos sexos, y esta Junta debía igualmente tratar de que se verificase en todos los lugares que hubiese proporción de Lana de qualquier clase que sean. Con el se daría ocupación á las gentes pobres, y especialmente á los niños, y aun á aquellas que no pudiesen abandonar sus casas se les podrían franquear la Lana y utencilios para su hilado, señalando un tanto por su trabajo, que igualmente debía darse a todos los Niños y demás que trabajasen en la escuela"

Carajo,¡que pedazo de hijito de buena madre!, exclamará alguno.
Bueno, no. Lo dijo uno de los mas potables que dió nuestra historia ¡Calcule lo que pensaban y pergeñaban los otros para los del común!
Y de paso, nótese como les preocupaba la Inseguridad a los culopaspados ya en el siglo XVIII.
Ah, me olvidaba, el documento de donde lo extracté es:

Medios generales de fomentar la agricultura, animar la industria, y proteger el comercio, en un país agricultor.
Memoria del Licenciado Don Manuel Belgrano a la Junta de Gobierno
15 de Junio de 1796

Y que, nobleza obliga, creo que es un buen documento por el resto de lo tratado en él.

viernes, 14 de octubre de 2011

¡Van a inaugurar una inauguración!






¡Ah pillines, pillines!






La oposición, la reacción en general (bueno, son lo mismo) vomita odio ante las frecuentes inauguraciones de Cristina por todo el país.
Y aclaremos: Claro que son un recurso electoralista, pero las obras están ahí, no hay tu tía.
Pero en cambio la alternativa seria, progresista, apoyada por destacados pensadores (quiero decir por unos tipos y tipas que solo piensan aunque no se les nota, no hacen un mongo y viven de eso, como Sarlo y Tomás Abraham), la alternativa encarnada por Herr Binner y Herr Liptzchig, decía, ha llevado los recursos electoralistas a su máxima expresión demostrando que encarnan una alternativa de avanzada.
Y así inaugurarán el 20 de Octubre, solo por casualidad 3 días antes de las elecciones, las modificaciones a la terminal de omnibus de Rosario.Pero resulta que los trabajos están en curso, las obras llevarán medio año más y se "inaugurarán" unicamente trabajos parciales ¡que representan solo el 40 % de los trabajos proyectados según ellos mismos dicen!
Espero que tengan suerte y no se les caiga nada en la cabeza y puedan ser escuchados durante el acto, porque si usted pasa por la Terminal (yo lo hago por vivir en Rosario) se encontrará con una parafernalia de martillazos, chirriar de taladros y voces de personal, parte del cual anda por andamios fijando en las alturas los conductos de aire y otra parte voltea paredes, coloca tabiques y fija estructuras.
Digame si no es una acción de avanzada. ¡Es como si Colón hubiera anunciado el descubrimiento de América el día que salió del puerto de Palos!
Pero no es electoralista, eh?, no se confunda, ellos no hacen esas cosas.

Pensándolo bien.....(XVII)









Los Originarios (V)









5- Hoy no lo titulo en verso, pero sí hablo del verso.....

Y el verso de hoy es la supuesta sintonía con la naturaleza, el respeto de los recursos naturales, por el medio ambiente, y tutti le fiocche que suelen endilgársele gratuitamente a los grupos y culturas aborígenes.
Permítanme hacer un "copypaste", o copiar y pegar en cristiano, un recurso que es válido siempre que uno entienda qué copia y qué pega. Y en este caso lo sé porque me "copipasteo"a mi mismo. "Copipasteo" es un neologismo propio de la interacción de culturas y un poco propio de cipayismo, digamos o reconozcamos de paso.
Y dije yo: "Habrán escuchado o leído esto en diferentes ocasiones: básicamente, el mito dice que los aborígenes, a diferencia de nosotros, viven en armonía con la naturaleza, que la respetan, que cuidan de no servirse de ella sino en aquellos frutos, aquellas maneras y aquellas cantidades que no la dañen".
"Pero hay explicaciones mas prosaicas pero no menos ciertas de lo errado del mito: Los pueblos primitivos no dañan la naturaleza (de manera ostensible) a condición de que sean tan pocos que su efecto no se note. Y es el poco número el causante de su aparente sabiduría.
Casi todas las culturas antiguas de américa se autoextinguieron, repárese en esto. Y esto siempre se originó en el hecho de que al volverse exitosos en su reproducción debieron reemplazar caza y recolección por la cría y siembra (o para contemplarlo dialécticamente; porque ambos fenómenos se alimentaron uno al otro), pero así es que por el número rapidamente arrasaban las especies de caza, los frutos e inclusive los árboles y arbustos leñosos (para leña o para habilitar el terreno para sembradíos) y esto trajo aparejados fenómenos de desertificación y cambio climático que finalmente los hicieron desaparecer (Por supuesto estamos hablando de los que no fueron exterminados por la onda civilizatoria europea).
Hoy mismo si alguien puede observar a los pobladores no urbanos, incluyendo paisanos y aborígenes, (en San Juan, Santa Cruz, Río Negro, Santiago del Estero, la Puna Jujeña, por ejemplo, donde yo lo pude verificar), éstos talan para leña (su único y ecológico combustible) todas las especies leñosas -o resinosas, como la yareta en la puna- en toda el área circundante hasta dejarla arrasada.
Logicamente no resiembran, sencillamente esquilman, y eso es lo que hicieron y hacen todos los aborígenes. Sencillamente al ser pocos la naturaleza consigue reponerse. Ellos tiran toda su basura exactamente igual que nuestros argentinos modernos y urbanos, o sea por cualquier lado, a la bartola y sin cuidar para nada el medioambiente. Y como el tan mentado (y no solo por los ecologistas) mantenimiento de su cultura está sumamente contaminado por el intercambio con la sociedad industrial, su basura no es cuidadosamente conservativa del medio ambiente, es basura nomás.
Por otro lado, para despejar terrenos para sembrar recurren al fuego, el mismo método predatorio que escuché condenar por los ecologistas cuando lo ejecutan agricultores capitalistas. Y no estoy afirmando que esa práctica sea efectivamente dañina, sino que lo que es bueno si es indio es malo si es moderno, según los indoapologistas.
Hay un caso paradigmático de la sabiduría ecológica de los naturales: La civilización Maya en centroamérica. Durante mucho tiempo no se podían establecer las causas de su declinación. Los estudios actuales han señalado (de manera tan fundamentada que es opinión casi unánime entre los arqueólogos) que se debió al uso de leña para la producción de cal. (Para los legos: cada tonelada de cal obtenida calcinando piedra caliza con leña en hornos artesanales consumirá cerca de media tonelada de leña). Todos sus imponentes edificios estaban asentados con argamasa en base a cal y revestidos con estuco de cal, y la leña requerida para la producción de la misma lo fué en tal cantidad que arrasó con los bosques circundantes en un área enorme, cambiando el clima, imposibilitando ello la obtención de cosechas adecuadas y obligando al abandono de las ciudades. Logicamente ha debido ser precedido de formidables hambrunas y mortandades.
Y eso que los mayas adoraban tanto su relación con la naturaleza que se la pasaban boludeando con ceremonias ad hoc e inclusive destripando gente en ofrendas.
Leía una vez que un arqueólogo, rodeado de peones del lugar (todos mayas) se preguntaba ¿Donde habrá ido este pueblo? y uno de los peones le respondió "a ningún lado, aquí seguimos, nomás". Efectivamente, son hoy quizás ni un 10 % de los que eran en el imperio. Mientras se mantengan así su armonía con la naturaleza está asegurada.
¿Pero entonces, porque se argumentan estas tonteras? Pues porque refuerzan la argumentación contra la actitud de la sociedad industrial, que en realidad despreció los "efectos colaterales" del desarrollo productivo hasta ya entrada la decada del 80, diría yo. Y es muy de humanos combatir lo que entendemos una tontera argumentando cualquier cosa que contribuya a ello, inclusive una tontería de otro tipo".
No tengo mucho que agregar. Yo suelo coincidir con Yo, aunque no siempre.
Quizás podrían añadirse algunos ejemplos de la depredación suicida de culturas primitivas reputadas sabias y ecológicas: Isla de Pascua, por ejemplo, donde los Rapanui talaron alegremente los profusos bosques que encontraron a su arribo, hasta que la dejaron pelada y prácticamente se extingieron (bueno, ayudados por reverendas biabas que se daban entre diferentes etnias).
Otro caso; se supone que la tala de extensos bosques por parte de los integrantes de la cultura Nazca, a efectos de dedicar esas tierras para la agricultura fué la causa de la progresiva desertificación que a la postre volvió imposible mantener esa población.
Pueblos que no desaparecieron pero tenían prácticas sumamente dañosas: Algunas tribus de la amazonía Brasileña, cuyo nombre no recuerdo ( es un recuerdo de 55 años de antiguedad, sepan disculpar) agitaban ramas de Curare en los ríos, lo que provocaba la mortandad de los peces en buena parte del curso. Cuando los cadáveres de los pobres animalitos flotaban a la superficie procedían a cosecharlos.
Logicamente la acción del veneno no diferenciaba peces grandes, chicos, hembras ni alevinos, con lo que el daño resultaba de una inconciencia total.
Por las dudas lo ignoren el Curare es una planta altamente venenosa cuya savia los indios utilizaban también para untar las puntas de flecha. Armas de destrucción masiva que les dicen.
Es decir, para redondear el concepto: Las culturas atrasadas mantienen el medio ambiente siempre que fracasen, es decir que sean incapaces de alimentar una población creciente y presenten por ello una alta mortalidad que mantenga bajo y estable su número. Donde desarrollen técnicas que aumenten en forma notable la producción de alimentos y su número en consecuencia aumente, por su desconocimiento absoluto de prácticas conservacionistas decaerán e incluso desaparecerán. .
En otras palabras, aunque suene peyorativo su éxito será solamente la antesala de su fracaso.
En lo que hace a la sintonía con la naturaleza, la vida natural, etc., digamos que las comunidades indias suelen oponerse a los laboreos mineros en toda américa.
Lo sorprendente es que en toda la costa occidental de américa los que explotaron Oro ( y por comprobarlo se volvieron locos los gallegos) fueron precisamente los indios.
Y el Oro no se come, no sirve para fabricar cacharros, es recién ahora un metal con cierta proporción de usos utilitarios (en moneda,computación, electrónica y audio), pero era absolutamente suntuario en las culturas primitivas, adorno de los capos y sacerdotes.
Y ni hablar del jade que numerosos grupos explotaron y era exclusivamente para adornos (joyería, digamos)
Pero no solo Oro o Jade explotaban al divino pedo nuestros originarios: Existe constancia en Chile de explotaciones de 12000 años de antiguedad para extraer óxidos de Hierro ¡Utilizado para pintarrajear momias y máscaras! Claro, eran usos ceremoniales, delicadezas de culturas respetables, no consumismo alpedístico, como los usos equivalentes en la sociedad moderna.
Y continuando con su respeto por la naturaleza, vaya esta muestra, referida a la actividad de grupos indígenas en el Parque Natural de Kayambe, en Ecuador "Los problemas también se extienden para las poblaciones que viven ancestralmente dentro del Parque. La quichua de Oyacachi y la cofán de Sinangue. Esa convivencia entre el Parque y los pobladores ancestrales, como en el caso de Oyacachi, población ubicada a una hora y media de Cayambe (Pichincha), crea problemas. En un informe de Fundación Natura se exponía que “las poblaciones locales (debido a la pobreza) se han visto obligadas a implementar estrategias de supervivencia, degradan el medio natural y ponen en riesgo la existencia en esta área protegida”."
Y no estoy acusando a esos pobladores por luchar como puedan por sobrevivir; estoy acusando de tontos a los que idealizan la realidad indígena.
Y los ejemplos abundan (los de la realidad indígena y los de la tontera de los aduladores).

Pero como dijera el prócer Bernardo Neustadt: "Lo dejamos ahí"