viernes, 4 de diciembre de 2009

El Mediopelo (II)

Seguimos con el desarrollo de este tema, cuyo capítulo (I) podrá encontrar el que esté interesado en una entrada anterior, y por el mismo precio (una bicoca, vea)
b) ¿Porqué están? ¿Son "eternos en el alma de su pueblo", como Evita?
Logicamente existieron personas no ligadas al trabajo con esfuerzo físico a lo largo de toda la historia: Los escribas en las sociedades mas antiguas, los pedagogos en Grecia y Roma, los artistas y protocientíficos en el medioevo y el renacimiento, los tenderos, mercaderes y sacerdotes en todas las épocas, esto desde luego sin contar a los poderosos, que justamente eran poderosos porque conseguían hacer que los demás ejecutaran para ellos todos los trabajos de ese tipo (que laburaran, bah), a excepción de los tenderos, los mercaderes y los sacerdotes, que ya le habían encontrado la vuelta al asunto.
Pero eran grupos minoritarios de la población, que era siempre predominantemente agrícola (pero no "chacareros" como los nuestros de ahora, aquellos laburaban).
Hasta que llegamos a la sociedad industrial, la sociedad moderna, o el capitalismo, como a usted le guste llamarla según sus tendencias ideológicas.
En el principio fué el verbo, dice la biblia (o sea que la varsata precedió a todo lo demás?) y en el principio del capitalismo fué la "pequeñoburguesía". No sé si su tipificación corresponde a Marx, pero fué él en todo caso el que la hizo famosa. Nuestros marxistas contemporáneos siguen llamando así al mediopelo, con esa rara característica suya que consiste en recitar el materialismo dialéctico, la maravillosa filosofía del siglo 19, que mostraba el cambio, el desarrollo y la transformación permanente de las cosas sociales (y de la naturaleza), sin agregarle ningún desarrollo, ningún cambio y ninguna transformación un siglo y medio después. Y conste que yo no debería arrojar la primera piedra, porque hice lo mismo hasta apenas ayer, pero alguién tiene que hacerlo.
¡Porqué pequeñoburguesía? Precisamente porque se ocupaban de las mismas cosas que los burgueses (los capitalistas les diríamos hoy, ya que casi nadie sabe ya que miércoles es un burgo ni que significa el término), o formaban parte de la apoyatura necesaria para el ejercicio de su poder. Y fundamentalmente seguían siendo un grupo minoritario.
Por eso el sueño de los revolucionarios del ayer, que se apoyaba en una clase (el "proletariado industrial") que había surgido y constituía un grupo social importante y en crecimiento para entonces, urgido objetivamente de cambios en la organización de la división del trabajo en cuya área se desenvolvían(la más dinámica y transformadora que el mundo hubiera conocido), so pena de un sufrimiento y explotación indecibles.
Y ahora comienza mi larga y tortuosa fundamentación de porque:
1) Esa clase ya no es ni será el motor de ninguna transformación y
2) La actividad reformista y/o revolucionaria de los que soñaban el cambio (muchos de ellos obreros, a diferencia de hoy, donde esos soñadores son fundamentalmente emergentes de la nueva "clase") obtuvo cambios que primero mejoraron su situación de manera radical y en cambio generaron el surgimiento de otra clase que no es una clase, que crece, se afirma y prostituye o contagia a las demás con su imaginario Susano-Mirtho-Bernardo-Tinellesco.
Pero esa fundamentación es tan larga y tortuosa que dá para un "Mediopelo II B". Sigánme, que los voy a defraudar.

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